Como un "déficit hídrico descomunal", describió el ministro de Industrias, Daniel Martínez, la sequía que sufre el Uruguay desde la primavera del 2008 y que provoca alarma entre los productores agropecuarios.
La falta de lluvias en el vecino país está determinando una grave situación para el campo, ya que al igual que en la Argentina, hay un fuerte déficit de pasturas que genera severas dificultades para la cría y engorde de ganado, y gran mortandad en los rodeos.
La Asociación Rural del Uruguay estimó en más de 860 millones de dólares las pérdidas desde que comenzó el déficit hídrico, lo que significa aproximadamente un 2,7% del PBI uruguayo.
Según estudios realizados, el golpe negativo más fuerte estuvo en la producción de soja, con mermas de u$s 71,2 millones.
En la producción de maíz, los perjuicios se estimaron en u$s 19,1 millones.