a siembra del trigo de este ciclo, que en pocos días no tendrá ventana para su cobertura en zonas marginales, continúa sin definiciones debido a la falta de financiamiento del sector productivo, acuciado por deudas que contrajo para encarar la campaña anterior.
A ese escenario se suman las secuelas que dejó la sequía, que aún permanece en algunas regiones donde las voladuras dejaron huellas que dificultan la recuperación de los suelos, así como la "maraña" de resoluciones oficiales que impide el libre comercio del grano.
En este ciclo tendremos "un arranque con sequía" para el principal cereal de exportación del país que, habida cuenta del compromiso que presenta el ciclo, cubriría la menor superficie cultivada en los últimos cincuenta años", consideraron analistas.
En la línea de las dificultades y falta de señales oficiales para encarar el ciclo el especialista en climas y aguas José Luis Aiello consideró que "podemos esperar que las condiciones de sequía continúen y eso puede comprometer la siembra de trigo, porque va a tener un arranque que no es el adecuado para la campaña. Desde lo climático, prevén otro año complicado", dijo.
Analistas del sector de climas y aguas del INTA anticiparon que las condiciones no sólo no son las adecuadas para enfrentar la siembra sino que "difícilmente" el país contará con saldo exportable cuando trille el trigo que aún no comenzó a sembrarse.
Estimaciones privadas, incluyendo las elaboradas desde la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales, dan cuenta de una merma "fenomenal" en las áreas a cubrir respecto del año pasado, cuando, además, se cosechó el 50% menos que lo colectado en el ciclo previo.
Esa caída productiva definida como "fenomenal" ubica la potencial zafra en torno de los 6,5 millones de toneladas del grano.