l ciclo triguero es el que plantea el escenario más complejo para encarar el implante anual debido a que fue el cultivo sobre el que más impactó la intervención oficial.
Datos relevados por referentes inobjetables del comercio sectorial revelan que las estimaciones más optimistas ubican la potencial cobertura con el cereal con una merma de "por lo menos 500.000 hectáreas" en la superficie a sembrar en esta campaña, a pesar de la mejora de precios futuros que operan la tonelada en contratos a enero del 2010 en casi 145 dólares.
De llegarse a esos guarismos, el hectareaje resultaría el más bajo de los últimos 50 años, según relevamientos realizados por técnicos de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales que preside Javier Buján.
El directivo y titular de la corredora Kimei expresó "pesimismo" respecto del devenir de esta campaña triguera, habida cuenta de la "innumerable" cantidad de dificultades que se presentan para encararla.
Según las primeras proyecciones difundidas por DyN hace una semana, el volumen de zafra que dejaría la próxima siembra del cereal se ubicaría en torno de los 6 millones de toneladas o levemente por encima de esa cifra.
De concretarse esa proyección, prácticamente no quedaría saldo exportable del grano, cuyo principal comprador histórico fue Brasil.