El Valle Medio de la provincia de Río Negro se ha convertido en una importante zona productora de pasto, tanto en rollos como en fardos, siendo una actividad rentable y más aún con la sequía que se abate sobre gran parte del país.
El pasto se obtiene en esta zona del sembrado de una leguminosa: la alfalfa, dando un rendimiento de 4 a 4,5 cortes por temporada, dependiendo del factor climático, con una productividad de 35 a 40 rollos/ha/temporada. Cada uno puede llegar a pesar entre 400 y 450 kilos y el fardo de 20 a 24 kilos.
Es de destacar que este año es atípico por la falta de rocío, lo que permite que los rollos sigan manteniendo el color verde, mientras que en otros años se decoloran.
Hoy un rollo se vende a $ 150 y un fardo entre $ 12 a 14, teniendo un costo de producción de $ 35 a 40, al que hay que sumarle la implantación de la pastura.
Los principales riesgos que presenta esta actividad son las lluvias que, por un lado, disminuyen la calidad del producto y además bajan las ventas ya que abunda el forraje en los campos. También el pulgón o isoca, del que ya existen variedades resistentes. Además hay que tener en cuenta la baja calidad de suelos, aunque esto se puede subsanar con el agregado de fertilizantes.
Por otra parte, el bajo valor que tiene la hacienda hace que el ganadero prefiera que se le mueran los animales antes que suministrarles pasto.
La sequía es tan grave, que en la zona han aparecido clientes nuevos: compradores en épocas atípicas para la venta de pasto como diciembre y enero, que venían con una perspectiva alentadora por las lluvias que habían caído, pero hoy compran solamente para alimentar a los animales mientras esperan comercializarlos. Una cosa para destacar es que los compradores antiguos de pasto no han aparecido, lo que nos hace suponer que se han quedado sin animales.
La zona ha tomado el cultivo de la alfalfa con mucho ímpetu, hasta el punto de sospechar que se está transformando en un monocultivo, lo que puede ser un arma que se nos vuelva en contra, pues cuando cese la sequía imperante va a sobrar el pasto. Esta actividad se realiza generalmente a través de la contratación de equipos, que se llevan 50% de lo producido en rollos y un 60% en fardos. Esto se debe a que para invertir una suma importante de pesos (aproximadamente de $300.000 a 400.000) en la compra de los equipos necesarios (tractor, cortahileradora y arrolladora) debemos contar con una superficie implantada de alfalfa superior a las 50 hectáreas que nos permita amortizar los mismos.
Lamentablemente no hay estadísticas oficiales sobre la cantidad de pasto que sale de la zona hacia las distintas regiones del país, solamente se emiten certificados sanitarios por parte del Senasa de lo que se despacha hacia el sur de la barrera sanitaria.
Esta producción está ayudando a mejorar la economía de la región, pero si se cumplen las predicciones expuestas en el artículo podría ser una complicación para muchos productores.
Daniel Rossi (*)
Especial para "Río Negro"
* Méd. veterinario. Asesor privado