as exportaciones regionales de jugos concentrados alcanzaron en estos primeros tres meses del año las 7.880 toneladas.
La cifra refleja un incremento, respecto del mismo período del 2008, del orden del 75% y del 15% cuando se la relaciona con los promedios de los embarques de las últimas cinco temporadas.
Así lo destaca un reciente trabajo elaborado por la terminal portuaria Patagonia Norte, en el que se destaca que el jugo concentrado de manzana participa con más del 95% del total de la oferta exportable de esta industria.
A la fecha partieron desde la región cuatro buques con jugo concentrado de manzana y pera.
Las estadísticas privadas remarcan que Estados Unidos se lleva la mayor parte de la oferta exportable, con una participación sobre las ventas hacia ese destino superior al 98%.
Esta concentración genera complicaciones en la industria del Valle ya que no tiene posibilidades de colocar su oferta en otros destinos, teniendo en cuenta la crisis económica que está sufriendo el país del norte.
En este sentido, estudios privados destacan que el PBI de los Estados Unidos se desplomó el último trimestre del 2008 algo más del 6% y para el primero de este año se espera un porcentaje superior. Este escenario, sumado a la persistente oferta de China y la salida de los FCI del mercado de jugos, determina los bajos precios que hoy está pagando el mercado por el concentrado de manzana.
China está ingresando hoy a Estados Unidos con un galón cercano a los 3,75 dólares. La cifra representa un valor muy por debajo de los costos para los países productores del hemisferio sur.
Sin variaciones
La falta de precios en el mercado externo determina dos problemas clave para el desarrollo de la fruticultura regional.
El primero de ellos, que los valores que hoy está recibiendo el productor por su fruta no sean los mejores. Según datos del sector privado, el kilo de manzana se está pagando entre 0,10 y 0,12 pesos para volúmenes bajos, mientras que sobre una gran oferta ese valor llega hasta los 0,14 pesos. Estas cotizaciones, en muchos casos, ni siquiera cubren los costos de cosecha y transporte de la fruta. Ni hablar, al relacionar esta cifra con los costos de producción.
El segundo problema está en que al no existir demanda externa sostenida, las industrias limitaron sus compras al mínimo, para trabajar con una escala que le sea rentable. Esto determinó que mucha fruta quedara en las chacras sin cosechar.
Si se compara con los retornos de la temporada pasada, la región dejará de percibir, por la caída de precios y menores volúmenes industrializados, cerca de 18 millones de dólares. El dato no es menor teniendo en cuenta que históricamente un 50% de la producción de manzana se orientó a la industria. (R. Central)