as lluvias de la última semana beneficiaron la siembra de la soja nueva y, de continuar la recuperación que muestran los cultivos, esto podría mejorar las perspectivas productivas del ciclo, en el que se proyectaba obtener un volumen final de trilla anual superior a los 41 millones de toneladas.
Las siembras de segunda como las de primera tardías sobre un amplio sector del sur cordobés, el noreste pampeano y el oeste bonaerense fueron favorecidas por la reactivación de las lluvias, reforzando los cultivos de la región sojera núcleo.
Datos proporcionados desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indican que una gran superficie aún retrasada en su ciclo evolutivo, en todas estas regiones, reaccionó favorablemente por el aporte hídrico y si el factor climático futuro lo permite ello compensará parcialmente las pérdidas de área cubierta.
Un importante volumen provendría de las provincias norteñas (NOA y NEA) y muchas de esas trillas corresponden a siembras tardías, que aún deberán recorrer un largo camino hasta el momento de cosecha. El éxito del cultivo en estas últimas zonas dependerá de una continua reposición hídrica, así como también del momento en el cual se registre la primera helada del año.
Bajo condiciones ambientales favorables, la producción proyectada sería igualmente un 11,5% menor que la zafra precedente, a pesar de la expansión del área sembrada, que ha crecido un 5%.
También comenzó lentamente la trilla en sectores puntuales del norte cordobés y los primeros rindes informados varían en un rango de 10 a 27qq/ha, según la zona. Hacia el núcleo norte se registraron nuevos aportes húmedos que permiten proyectar muy buenos resultados para este ciclo. En el norte de Santa Fe las perspectivas de rinde son escasas hacia el oeste de la región, mientras que siembras de segunda están iniciando la etapa de floración.
En el norte de Córdoba se iniciaron las primeras cosechas en sectores puntuales, en tanto que las mayores expectativas se encuentran puestas en las siembras tardías.