Las exportaciones de fruta chilena continúan a paso firme en la presente temporada. A la fortaleza del dólar frente al período anterior se suma una buena estrategia de comercialización y una mejor calidad en los productos ofrecidos.
"Al comienzo, el horizonte se veía lleno de nubes grises. Sin embargo, con el correr de las semanas se despejó. Hoy veo un sesgo positivo en el balance de la temporada frutícola", admitió Carlos Barros, gerente general de Río Blanco, la mayor exportadora de uva de mesa de Chile, en una nota publicada en "El Mercurio".
Barros tiene claro que la temporada 2008-2009 quedará en los libros de historia como la que fue de menos a más.
Aunque lo tradicional es que a medida que avanza la temporada los precios caigan por el aumento de volumen, este año los valores se han mantenido estables. Según datos de la consultora Decofrut, la uva Thompson Seedless partió con una caída de entre 4 y 15% en el precio. Sin embargo, a mediados de febrero, la caja de calibre L alcanzó los u$s 16, un dólar más que en 2007-2008.
El temor inicial de que los productores de uva de mesa -ítem responsable de casi la mitad de los envíos frutícolas de Chile- fueran duramente golpeados por el sobre-stock en California y el aumento de la oferta del valle de San Francisco, de Brasil, se esfumó. El buen ánimo que tienen los productores de uva, a comienzos de marzo, se debe a una de las estrategias de comercialización de las cadenas de retail más acertadas de los últimos años. Conscientes de la contracción económica, los supermercados de EE. UU. recortaron sus márgenes de ganancia en la fruta de cerca del 40% al 30%. En algunos casos puntuales también se redujo lo pagado a las exportadoras chilenas, pero en montos que nunca superaron el 10%.
Existe coincidencia en el sector de que, con excepción de las cerezas, la mayoría de las especies mostró mejores condiciones de vida de poscosecha y calidad que los últimos años. La explicación pasa porque no hubo mayores heladas en invierno que dañaran las plantas, ni lluvias en primavera que afectaran los frutos.
Donde se notó más esta mejora fue en los carozos. Por años, los duraznos y nectarines chilenos estuvieron alejados de las exigencias de frescor y consistencia de los consumidores. Ahora, el llamado es a seguir cuidando la calidad. "Lo único que podría frustrar una buena temporada es que Chile embarque las próximas semanas fruta de pobre calidad", dijo Miguel Allamand, presidente de la exportadora Subsole.