Las estadísticas difundidas por el sector privado muestran los primeros efectos del brutal paro que sufrió la actividad sobre el inicio de la cosecha.
Las exportaciones de peras que salieron por el puerto de San Antonio hacia los mercados de ultramar durante enero totalizaron algo más de 11.000 toneladas, cifra que representa una caída superior al 40% cuando se la compara con los niveles de embarques consolidados para esta misma fecha del año anterior y por arriba del 50% cuando se la relaciona con las últimas cinco temporadas.
El dato no es menor.
La fruticultura valletana no pudo ingresar en tiempo y forma con gran parte de su Williams en un mercado donde la primicia se paga hasta un 50% más de la media de la temporada.
Pero las pérdidas no sólo hay que restringirlas a esta variable.
Con mercados que están sintiendo el rigor de la recesión económica, la situación se vuelve, cada día que pasa, más compleja para la actividad regional. Nadie tiene muy en claro cómo es que reaccionará la demanda cuando llegue el grueso de la pera argentina a los mercados de destino.
Las primeras tendencias de precios recién aparecerán durante la primera semana de marzo. Esta fecha marcará el punto de inflexión de lo que será la temporada.
La comercialización de la oferta regional de pera no tiene muchos secretos en lo que respecta a volumen. El promedio de los últimos cinco años muestran que la Williams tiene cuatro destinos bien definidos: ultramar, que absorbe el 44% del total de la producción; Brasil, un promedio del 18%; mercado interno con una participación del 13% y la industria que se lleva el 25% de la cosecha efectiva.
Una consulta realizada esta semana sobre las principales empresas de la región detalla que, por efectos del conflicto sindical, se espera para el cierre de esta temporada una caída del orden del 20% sobre las exportaciones de pera Williams hacia los mercados de ultramar.
Esto quiere decir que esa fruta que no fue colocada en los barcos tendrá que ser reorientada hacia los restantes tres destinos.
Con este escenario hay varios interrogantes.
El primero es que existe una cosecha superior al 20% respecto de los últimos cinco años. Es decir hay más fruta para vender en los mercados. El segundo, que la industria estaría en condiciones de recibir -con suerte- el 50% de lo que tradicionalmente compra por efecto de los bajos precios que se observan en los destinos internacionales.
Esto significa que, tomando las estadísticas históricas de la Williams, unas 70.000 toneladas no podrán serán recibidas esta temporada por los mercados de ultramar y la industria.
Puede ser que la imprudencia de algunos operadores lleve a que, parte de este importante volumen, sea colocado en el mercado interno (que anualmente absorbe 45.000 toneladas de esta variedad, más el aumento de volumen esperado para esta temporada) y en Brasil (hacia donde se destinan, en promedio, unas 50.000 toneladas anuales).
Sería un tremendo error presionar sobre estos mercados con los excedentes mencionados. Más aún si se tienen en cuenta los problemas de maduración que ya se están comenzando a observar en algunos lotes guardados en frío convencional.
La desesperación por tratar de salvar la pera Williams llevó, en muchos casos, a flexibilizar los límites de presión en cosecha. Los resultados comerciales sobre esta pera podrían ser realmente desastrosos.
En definitiva, de mantenerse en esta temporada los precios en los mercados para la pera Williams en fresco similares a los del año pasado en moneda de destino -que no es seguro que se puedan sostener-, las menores exportaciones esperadas hacia ultramar (20% promedio) sumado a la devaluación del euro y el rublo (otro 20% promedio) generarán pérdidas para el sector del orden de los u$s 47,5 millones, sólo para esta variedad. Esto sin tener en cuenta la evolución que pueda llegar a tener el mercado interno y Brasil y las 70.000 toneladas de Williams que tendrán dificultades de colocación -mucho de este volumen ya perdido- y que están almacenadas en distintos puntos de la región.
A LA ESPERA DE LOS PRECIOS
Los valores que se puedan obtener por la fruta, es la otra gran incógnita.
En lo que se refiere al mercado europeo, falta pera y ése es un dato positivo que hoy se observa en las cotizaciones: 10% por encima de los valores del año pasado. Pero las dudas están en cómo responderá la demanda en destino a la tardía llegada de Williams argentina en un mercado con una economía en plena crisis recesiva.
Los productores están realmente preocupados. Los "precios base" que están recibiendo por su cosecha son muy inferiores a los de la temporada pasada.
Por la Williams de calidad, la mayor parte de las empresas están pagando de base -en promedio- 0,18 dólar por kilo. "No hay precio, porque la fruta recién esta semana está llegando a los mercados europeos. El precio base hoy no significa nada... nadie sabe cómo empezará la temporada y menos aún cómo puede llegar a terminar", aseguró un exportador regional al ser consultado sobre el tema.
Por la Williams que va a industria se está pagando al productor u$s 0,01/kilo, un valor que representa el 30% del costo que tiene esta fruta para ser cosechada.
Frente a este escenario, muchos chacareros la dejaron caer o directamente la regalaron.
Para la manzana, el escenario no es mejor. Los primeros datos que salieron de las empresas dan cuenta que muchos productores están recibiendo una base de u$s 0,10/kilo sobre su Gala entregada y esta misma cifra se está barajando para la Red y sus clones.
La realidad de esta especie en los mercados externos es distinta de la de la pera. Tanto en Europa como en Estados Unidos hay más manzana y los operadores aseguran que será difícil hacer "buenos negocios" en este escenario.
Nuevamente cabe la pregunta: ¿dónde quedaron los u$s 0,29/ kilo que exige la Legislatura rionegrina que se le debe pagar al productor?
El mercado no se maneja por decretos ni leyes que imponen precios sobre productos que presentan una alta volatilidad en el mercado. Es la oferta y la demanda las que fijan las cotizaciones de un producto como la pera y la manzana.
La industria, por su parte, ya adelantó que el mercado del concentrado está totalmente planchado, con valores entre los 4 y 4,5 dólares el galón, por lo que espera pagar un promedio de u$s 0,04/kilo por la fruta que se oriente hacia este destino, casi un tercio del valor que llegó a pagar el año pasado.
CONCLUSIÓN
La temporada presenta señales preocupantes.
La pera, que era el producto que podía llegar a compensar económicamente en la región los problemas de sobreoferta externos que presentaba la manzana, sufrió los efectos del paro frutícola, por lo que las expectativas de ingresos proyectadas por las empresas para este producto a principios de enero fueron corregidas drásticamente a la baja.
Mientras tanto, los costos siguen una preocupante tendencia creciente.
JAVIER LOJO
jlojo@rionegro.com.ar