Nadie sabe a ciencia cierta cómo es que golpeará la crisis internacional sobre el comercio frutícola.
Existen distintas hipótesis que muestran los potenciales peligros que pueden llegar a existir una vez que salga el primer embarque de peras hacia los mercados de ultramar, pero hasta ahora son sólo eso: hipótesis.
El principal temor de los exportadores pasa hoy por el mercado ruso. La región del Valle destina hacia este mercado algo más del 30% del total de su oferta exportable de ultramar. En valores absolutos esto representa cerca de 210.000 toneladas entre peras, manzanas y uva de mesa que salen desde el Valle. Los dos primeros productos concentran hacia este destino unas 190.000 toneladas.
Las noticias de esta última semana detallan que la crisis financiera continúa afectando sensiblemente al mercado ruso. El tsunami bursátil internacional que pulverizó, con una baja del 74% en los últimos seis meses al RTS (Moscú), no dejó de lado a las firmas frutícolas importadoras que cotizaban en bolsa.
Muchas de ellas ya cotizan al 10% de su valor libro a junio de 2008. El dato no es menor ya que para ellas se cortó todo tipo de financiación. Y sin fondos frescos para poder trabajar la temporada de pomáceas de concentración, disminuyen sus posibilidades de financiamiento para las importaciones provenientes del hemisferio sur.
Hasta la temporada pasada, los operadores rusos compraban la fruta del Valle colocando el 90% de lo acordado con un pago contado y el 10% restante a consignación, en función de cómo terminaba la temporada. Este tipo de acuerdo comercial era único para el Valle y se hacía con Rusia por la falta de seguridad de cobro.
Con el escenario actual, la falta de dinero en manos de los operadores rusos se está haciendo notar. Ya existieron las primeras comunicaciones con las empresas de la región. Lo único que se supo de estas reuniones es que los importadores rusos anticiparon que no podrán cumplir este año con los acuerdos de temporadas anteriores. "Está claro que el 90-10 ya no va más. En cítricos se habló de 50-50 pero fue sobre el cierre de temporada", confió un importante empresario regional al ser consultado por el tema.
Los exportadores valletanos se encuentran ante serios problemas.
Primero: con menos dinero en la mano, los riesgos de cobro a los rusos aumentan a la hora de entregar la venta a consignación.
Segundo: no contar con este líquido inicial en momentos en que las prefinanciaciones están caídas, genera una iliquidez que complica la cadena de pagos regional.
Tercero: muchas exportadoras valletanas, para disminuir los riesgos, disminuirán sus ventas al mercado ruso, reorientando parte de esta fruta hacia otros destinos. Si esta fruta no está "bien calzada" puede generar presión en el resto de los mercados, más si se tiene en cuenta que tanto la UE como los EE.UU. están pasando por un serio proceso recesivo sobre sus economías.
(Redacción Central)