JUNÍN DE LOS ANDES (ASM).- La cabaña Toki Eder, de Junín de los Andes, lleva 80 años en la producción de Hereford, al punto que en ella se introdujeron los primeros animales de esta noble raza en la región.
A su turno Los Remolinos, de Catan Lil, cuenta con uno de los planteles más numerosos en la zona. Y en un sitio y en otro hay algo claro como el agua: la hacienda Hereford es ideal para estas tierras. Así lo atestiguan Miguel Morgan de Toki Eder, cabaña que cuenta con 500 cabezas de Hereford, y Miguel Antz de Los Remolinos, que tiene en su rodeo 3.500 animales. Dice Morgan que el Hereford "es muy adaptado a la zona" y Antz agrega que el país de origen es Escocia, que "es similar en cuanto a clima".
El comportamiento de Hereford es también muy bueno por mansedumbre y rendimiento de servicios y fertilidad, coinciden. Antz puntualiza que Los Remolinos cuenta con un rodeo comercial y "nos hacemos nuestros propios toros, pero también tenemos
genética de Toki Eder, que fuimos adaptando. Hay que entender que cada campo es un mundo y uno tiene que ir buscando las mejores características de la hacienda para su adaptación".
Morgan destaca la evolución de la genética Hereford en la provincia, pero llama la atención sobre los riesgos de las "modas". Rememora que "en un momento, el Hereford que se buscaba en la Argentina era de tamaño grande, no muy adaptable a esta zona, porque acá necesitamos novillos que salgan lo antes posible, antes del segundo invierno. Tuvimos paso por la genética proveniente de EE.UU. y agrandamos un poco las vacas y los toros, sin necesidad. Por fortuna, ya estamos volviendo al Hereford original, moderado e ideal para nuestra región".
Antz suscribe y añade que "en nuestra zona, la hacienda se tiene que adaptar a veranos muy cortos y tiene que recuperar estado, criar un ternero, juntar grasa y pasar un largo invierno. Si es grande no le dan los tiempos para recuperar tanta energía".