Las exportaciones de lanas con origen en la Argentina arrancaron la zafra 2008/09 con un volumen de ventas que alcanzó las 8.177 toneladas base limpia por un valor de 44,4 millones de dólares en el primer trimestre de la temporada, que comenzó el 1 de julio pasado. En comparación con igual período del año anterior, los embarques actuales experimentaron una caída del 4% en volumen mientras que los ingresos por ventas externas sufrieron una baja del 1%.
Aunque el nivel de las exportaciones de lanas se ha mantenido constante en la primera parte de la zafra, esta temporada viene precedida por algunas variables que habrá que considerar y que pueden acarrear más de un dolor de cabeza para todo el circuito lanero local e internacional.
La primera cuestión a evaluar es la de los precios. Según un reciente informe de la Federación Lanera Argentina, las fuertes caídas de los valores de venta de la lana durante este año son muy similares a las ocurridas a fines de la década del '80, que en su momento derivaron en la eliminación del sistema de precios sostén australiano. Según el informe de la FLA, ya suman nueve los meses consecutivos de baja en los indicadores, los cuales perdieron en lo que va de este año todo lo que habían ganado en la temporada 2007/08.
La evolución del indicador del Este australiano acumula una caída del 44% desde principios de año, mientras que desde el comienzo de la zafra este índice perdió un 40% y, considerando sólo el mes de setiembre pasado, un 30%.
Los indicadores más afectados corresponden a la lana de 20 y 21 micrones, que cayeron más del 50% en comparación con los valores registrados en enero de este año. Los menos afectados fueron los de 30 y 32 micrones, que bajaron un 15% en similar período. La tendencia continúa a la baja, por lo que será un rubro a considerar por parte de los productores.
Otros de los puntos a tener en cuenta son el volumen de producción a nivel mundial y la situación a escala regional.
Es un hecho que tanto Sudáfrica como Nueva Zelanda -dos de los mayores productores de lana del planeta- han tenido severos problemas de sequía en el primer caso, mientras que la falta de rentabilidad está corriendo a productores laneros neozelandeses hacia sectores en los que obtienen mayores ingresos. Como resultado de esta situación, diversos analistas de mercado han pronosticado que en la temporada 2008/2009 el volumen de lana ofrecido a la venta será de los menores de los últimos sesenta años. Esta coyuntura, no obstante, puede transformarse en una buena noticia, ya que si hay un factor que puede revertir la tendencia bajista de los precios es una escasa oferta del producto frente a una demanda sostenida.
Por ahora, el mercado no ha dado síntomas de agotamiento, ya que los principales importadores de lana del mundo -China, Alemania e India- mantienen firmeza en sus compras.
A nivel local, las primeras esquilas preparto que se realizaron en la región ya dieron cuenta de una merma considerable en la cantidad de lana que estará disponible para la venta. Según consignó este diario hace algunos días atrás, los trabajos en la Línea Sur comenzaron con una menor disponibilidad de animales para esquila debido a la mortandad de ovejas, a lo que hay que agregar una merma considerable en el rinde obtenido, con una menor calidad del producto final. Esta baja en la calidad estuvo expresada en una lana de mayor grosor, con menor resistencia a la tracción y hebras más cortas que lo normal, todo ello síntoma de condiciones meteorológicas desfavorables como la sequía y su consecuente escasez o falta de pasturas para que los animales puedan alimentarse correctamente.
Otro ítem que puede aportar presión en el mercado está dado por los costos de mano de obra e insumos. Los primeros datos obtenidos en este sentido dan cuenta de aumentos promedios del 30% sólo en la esquila.
(Redacción central)