Las monedas de los países que compiten con la oferta exportable de frutas argentinas se desploman sin un piso definido. El real se ubica en niveles cercanos a los 2,40, con ventas por fuera del sistema para fin de año a 2,80 por dólar. La devaluación acumulada de la moneda del país vecino en el mercado formal desde principios de año ya supera el 40%. Esto es sinónimo de mejora competitiva para sus exportaciones y el comercio en el mercado local. Esta misma tendencia, con distintos deltas, se observa en el peso chileno, el euro y el rublo ruso.
El gobierno argentino ya envió claras señales al mercado respecto de la evolución que considera sobre la paridad cambiaria. El Banco Central mantendrá el peso en los niveles actuales hasta fin de año y no mucho más allá de los 3,30 pesos por dólar en la primera etapa del 2009; es decir, frenará la devaluación que está exigiendo el mercado y asimilando el resto de los países de las áreas americana y europea. La incógnita es: ¿le ganará el Central la pulseada al mercado? Los antecedentes muestran que el gobierno está en inferioridad de condiciones para imponer su criterio.