El estudio de la consultora Idesa remarca que, entre el 2002 y el 2006, los precios internacionales netos de retenciones estuvieron por debajo del promedio de los '90.
Sin embargo, la rentabilidad de la producción interna fue favorecida por la "licuación" de costos que produjo la devaluación.
A medida que los precios internos fueron creciendo, la competitividad "cambiaria" fue desapareciendo. Este proceso fue intenso, pero no tan visible gracias a que en el 2007 los precios internacionales subieron muy abruptamente.
En la actualidad, con precios internacionales más en línea con los antecedentes históricos, se hace visible y palpable en la rentabilidad de los sectores productivos que el modelo de tipo de cambio real alto está agotado. Más allá de la caída, el precio internacional de los alimentos sigue siendo relativamente favorable. El problema es que a u$s 350 la tonelada en el mercado internacional, el precio neto que reciben los productores es similar al de los '90 a causa de la fuerte presión tributaria.
Como esto se da con un tipo de cambio real también similar al de la década pasada y con fuerte tendencia ascendente en los costos internos, se generan condiciones propicias para la conflictividad y los fuertes cuestionamientos al nivel de las retenciones.