La ganadería argentina no levanta cabeza: sigue confirmándose la liquidación de stocks.
Tal como señala un reciente informe elaborado por la Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA), durante los meses que duró el conflicto con el campo la liquidación de hembras se mantuvo en los niveles (relativos) de los meses anteriores. En particular, en julio la participación de las hembras en la faena total se ubicó en el 49,3% del total, el registro más alto para ese mes en el período 1990-2008.
El proceso de liquidación de hembras ya acumula 22 meses ininterrumpidos. Esto significa que a nivel agregado (tomando el sector en su conjunto y sin tener en cuenta casos individuales) desde la segunda mitad del 2006 los productores han venido considerando inoportuno desarrollar la actividad ganadera en nuestro país.
El informe destaca que las consecuencias negativas del proceso de liquidación en marcha comenzarán a experimentarse a partir del 2010, dando por seguro que la demanda interna se mantendrá firme en los próximos años.
A esto ahora hay que sumarle la sequía que padecen varias provincias productoras de ganado vacuno (La Pampa, Buenos Aires, Río Negro, Santa Fe y Chaco, entre las principales) desde finales del año pasado.
La sequía fuerza la liquidación de hembras y de animales jóvenes (terneros) dada la imposibilidad de alimentarlos adecuadamente. En el primer caso, van directamente a faena; en el segundo, pueden ingresar en corrales para ser alimentados a base de granos antes de ser faenados. Esta suba forzada de la cantidad de animales enviados a faena da una sensación de aumento de la producción que compromete el futuro.
En este sentido, el analista Ignacio Iriarte destaca que la seca en curso tendría tres consecuencias directas en la actividad: en lo inmediato mantiene alta la oferta porque obliga a vender muchas vacas (antes de que se mueran) y novillos, que no tienen pasto y cuyo costo de suplementación resulta sideral además de que el productor no encuentra ningún incentivo para agregarles kilos. En el mediano plazo la sequía causará un impacto muy fuerte en el nivel de preñez esperable para la próxima temporada de servicio. De manera muy conservadora, y dadas la extensión y la gravedad de la seca en las zonas de cría, puede estimarse que el año próximo nacerán entre 500.000 y un millón de terneros menos, en parte porque recibirán servicio menos vacas y en parte porque ya hay zonas en las que el daño parece irreversible. Después de la seca del 2003, que fue menos grave y prolongada que la actual, se encontraron 400.000 terneros menos que en el año anterior y 785.000 terneros menos que en el 2004.
En el largo plazo la sequía halla como correlato la aceleración del proceso de liquidación, porque a la caída de existencias derivada de la liquidación en curso (agravada por la falta de campo) se le agrega la mortandad que, si bien se cree que no llega hasta ahora a las 700.000 cabezas como periodísticamente se difunde, estaría en un piso de 400.000 cabezas adultas.
Pese a los intentos del gobierno nacional -a través del titular de la ONCCA, Ricardo Echegaray- por minimizar las tendencia que muestran las esta
dísticas ganaderas, la mayor parte de los estudios da cuenta de que a partir del 2010 en la Argentina el abastecimiento de carne comenzará a complicarse. La salida llegará de la mano de las importaciones.
Las políticas negativas de los últimos años de la administración K, concentradas en la intervención del mercado, no hicieron más que profundizar la crisis del sector. La miopía oficial, teñida de un alto contenido ideológico, sepultó las posibilidades del productor ganadero. Y la sequía de los últimos meses completó la obra oficial.
FAENA
Los últimos datos que maneja el sector oficial corresponden a julio. La faena total en ese mes se ubicó en 1.339.650 cabezas, según las estadísticas provisorias publicadas por la ONCCA, lo que significó una mejora del 3,6% interanual. Sin embargo, en los primeros siete meses del año la faena total alcanzó los 8,13 millones de cabezas y se ubicó un 1,9% por debajo del nivel registrado en enero-julio del año pasado.
El informe de CICCRA destaca por otra parte que en lo que transcurrió del 2008 la mayor actividad vinculada con la liquidación de stocks en marcha fue compensada por las bajas que desencadenaron las medidas adoptadas por el sector agropecuario a partir de marzo.
En julio la participación de las hembras en la faena total se ubicó en el 49,3%, el registro más alto para el mes en el período 1990-2008 (en segundo lugar quedó julio de 1996, con el 48,7%). La faena de hembras creció más que la de machos (6,3 versus 1,1%, en términos interanuales).
Si se consideran los primeros siete meses del año, la faena de hembras acumuló un crecimiento
del 3,8% interanual (147.032 cabezas), en tanto que la de machos disminuyó un 7% interanual (308.638 cabezas). En total se sacrificaron 4,015 millones de hembras y 4,113 millones de machos. De esta forma las primeras alcanzaron una participación del 49,4% en el total, marca que continuó siendo record (al menos desde 1990 hasta el presente).
El proceso de liquidación de hembras ya lleva 22 meses consecutivos, un dato no menor entre las estadísticas que presenta la actividad. A esto se suma que no hay reposición de vientres en los campos, por lo que todo indica que los stocks de hacienda del país no se recuperarán -al menos en lo que al corto plazo se refiere-.
En cuanto a la producción de carne, los datos oficiales dados a conocer por CICCRA señalan que en los primeros siete meses del 2008 se ofertaron 1,7 millones de toneladas de res con hueso, es decir, un 3,9% menos que en el mismo período del 2007. El peso promedio de faena retrocedió también un 2% interanual.
JAVIER LOJO
jlojo@rionegro.com.ar