La sequía golpea con fuerza la región de Río Colorado, la zona Atlántica y la Línea Sur, lo que obliga a productores a modificar prácticas para salvar el ganado. En lo que a ganadería ovina se refiere, algunos cambios son visibles: el engorde a corral, un aumento de la superficie plantada de alfalfa, la venta de hacienda de refugo y la implementación del sistema Merino Multipropósito son algunos de ellos. Las consecuencias más negativas: muerte de animales, campos con mayor carga de cabezas y sobrepastoreo, baja en la calidad de la lana y pérdida de peso del ganado, entre otras.
El stock ovino nacional se redujo en el 2007 a 14,6 millones de cabezas, un 3% menos que el años anterior, mientras que en Río Negro la producción de lana cayó un 12% como consecuencia de la sequía. En la zafra 2006-2007 se certificaron 5 millones de kilos de lana producidos por 1.250.000 ovejas. En la zafra 2007 las ovejas esquiladas no llegaron al millón y los kilos de lana se redujeron a 3,9 millones.
"En Río Negro, el precio de la lana bajó un 30% -cuenta Goldín, presidente de la Sociedad Rural del Alto Valle-. Este año la lana se pinchó. La zafra anterior tuvimos unos precios hermosos, pero este año no. Además, el tema de la sequía viene bravo. Los nuestros son campos marginales pero campos nobles, porque si llueve no tienen nada que envidiarles a los mejores campos de la Patagonia. La cosa es si no llueve. El año pasado fue tremendo. Con la lana pasó un fenómeno raro: aumentó en dólares el precio de la lana debido a la gran sequía de Australia, faltó lana en el mercado internacional y esto levantó nuestros precios. Pero este año se pinchó el precio, también en dólares".
Los campos de la Región Sur rionegrina atraviesan una situación difícil que algunos compensaron con buenos precios. La Federación de Cooperativas de la Región Sur (Fecorsur), cooperativa de segundo grado que nuclea cinco cooperativas con más de 500 pequeños productores, pudo amortiguar el impacto negativo con buenos precios aportados por la Central Lanera Uruguaya.
"El año pasado sucedió otra cosa: se vendió la lana y no se vendió un cordero, porque no hubo. Perdimos el 50% del capital de trabajo. Ahora vamos para la zafra 2008-2009. Este año viene bastante bien porque tuvimos lluvia; hablo de esta zona, departamentos Roca y El Cuy. Las zonas de Río Colorado, Conesa y parte de Choele están muy complicadas", explica Goldín.
"El rinde peine seco, como se llama, es así: cuando te compran 10.000 kilos, pasan la lana a la lavadora y quedan 5.800 kilos de lana; ese porcentaje puede variar entre el 50 y el 60%. El rinde es el porcentaje que le va a quedar a quien te compró a vos. Un productor mediano acá tiene de 2.000 ovejas para arriba. Si la cosa anda bien el campo es rentable. Este invierno fue benévolo y hubo nacimientos en julio, agosto. Este año las ovejas tienen un estado excepcional, de modo que tenemos expectativas, pero aclaro que los campos que estamos cerca del Alto Valle, donde llovió, corremos con ventaja".
Para Goldín hay que fortalecer la capacitación y multiplicar cursos, como lo vienen haciendo la Federación de Sociedades Rurales de Río Negro y las sociedades rurales locales. El corrimiento de las fronteras productivas como consecuencia del avance de la soja, las nuevas técnicas que permiten alimentar ganado a corral y las posibilidades naturales que la región del Alto Valle ofrece abren posibilidades interesantes a la ganadería. (S. Y.)