La semana pasada, en estas mismas páginas presentamos un trabajo realizado por la Secretaría de Fruticultura de Río Negro que daba cuenta de que los costos en dólares para la actividad frutícola habían crecido un 120% en promedio. El informe destacaba también que el costo total para la fruta que se destina a Europa -sin computar la manzana- había alcanzado los 0,44 dólares por kilo contra los 0,20 consolidados en el 2002.
En cuanto a Brasil, ese valor promedio se ubicó en torno de los 0,39 dólares por kilo, lo que muestra un crecimiento del 130% en el período 2008-2002. (Ver infografía).
Desglosando la estructura de gastos se observa claramente que existen segmentos que han incrementado sus costos muy por encima de este valor y otros que, por el contrario, se encuentran por debajo del costo promedio mencionado. La estadística oficial destaca que desde la salida de la convertibilidad los costos de los servicios (empaque, frío y administración) se multiplicaron por tres, siempre hablando de moneda norteamericana, al pasar de los 0,062 dólares por kilo en el 2002 a 0,186 dólares por kilo proyectados para esta temporada.
Para la mayor parte de los empresarios, la presión de los salarios en el empaque -sumada a la pérdida de competitividad a raíz de la mayor rotación de personal en este segmento de servicios- influyó drásticamente en los costos finales.
Estudios privados estiman que el incremento de costos para la temporada que se avecina alcanzará otro 20% en dólares. El dato resulta preocupante teniendo en cuenta la tendencia que muestran los mismos y los potenciales problemas que puede traer aparejados el convalidar este tipo de estructura.
Los empresarios consultados coincide en general en señalar que el esquema de costos que presenta hoy la fruticultura regional es "el talón de Aquiles" del sistema. Este incremento está siendo compensado por los precios que obtiene la fruta en los mercados, pero ésta es una situación excepcional ya que la falta de fruta en los principales destinos contribuye a generar este positivo escenario.
En la medida en que el mercado tienda a normalizarse, los precios finales de las frutas tenderán a bajar y con una estructura de costos alta y rígida -como presenta la fruticultura valletana- los problemas estarán a la vista.
En principio, para esta temporada no se esperan grandes "sacudones" para la actividad regional, considerando que existen mermas en la producción de peras y manzanas en la mayor parte de los países productores del hemisferio norte.
(Redacción Central)