Hoy se inaugura oficialmente una nueva edición de la Exposición Rural en Palermo. Como es costumbre, hablará el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luciano Miguens. Pero el gobierno nacional no mandará representantes al acto.
El discurso del campo apuntará a consolidar la posición de la Mesa de Enlace.
"No hay posibilidades de que las entidades recurran al diálogo por separado", confió Miguens ayer ante una consulta de este medio. La señal para el Ejecutivo es clara: llama a todos o no hay diálogo. Por su parte, el gobierno espera el discurso de Miguens para anunciar la suba de retenciones a la soja.
La nueva ofensiva por una mayor presión impositiva tiene dos finalidades. La primera de ellas es intentar romper la unidad de la Mesa de Enlace. El gobierno subirá las retenciones generales a la soja y compensará a los pequeños productores -luego, obviamente, de que éstos presenten todos los "papelitos" que exige la burocracia estatal para su cobro-.
El segundo objetivo es de contenido netamente fiscal. Teniendo en cuenta el bajo índice de fondos que se termina orientando a compensaciones, la suba de este impuesto permitirá al Estado contar con una caja adicional de algo más de 1.000 millones de dólares.
Pero la ofensiva sobre el campo no se reducirá a la puesta en marcha de esta medida.
La idea del gobierno nacional es avanzar sobre la renta extraordinaria de los medianos y grandes productores. Con ese propósito, evalúa poner en marcha un nuevo impuesto sobre la tierra y su producción tomando como variable de cobro la extensión que presenta la propiedad; es decir, a aquellos campos que más hectáreas productivas tengan (referenciadas, por ejemplo, a la soja) se les aplicará una alícuota mayor. Los que tengan pocas hectáreas pagarán menos.
Corregir los desvíos de las cuentas fiscales es una prioridad para el Ejecutivo.
Se vienen tiempos complejos con las provincias. Sus gobernadores comenzaron a reclamar por los recursos que no se coparticipan y está claro que el gobierno deberá atender estas demandas para que el "efecto Córdoba" de esta semana no se multiplique en otros puntos del país.
El problema reside en que no hay recursos para todos y el gobierno es consciente de ello, pero sueña, una vez más, con que la fiesta del campo no se va a terminar y con que gran parte de los fondos que hoy exigen los gobernadores llegará de la mano de mayores impuestos a la producción agrícola. Un error que debe ser corregido cuanto antes.
(Redacción Central)