A Ebert Bonavento.

Corría una lejana tarde en la década del '60 cuando concurrí a una chacra vecinal a escuchar la charla de un extensionista del INTA. Ése fue mi primer contacto con Ebert.

A partir de entonces, casi medio siglo después, fueron innumerables las oportunidades que tuve de frecuentar sus consejos, muchas veces teñidos de esa experiencia que fue recogiendo con los años y que lo constituyeron en un referente indispensable para cientos de productores. Chacareros desde los más pequeños hasta los más importantes supieron de sus apreciaciones, de su apego al trabajo, de su carácter de verdadero extensionista y, fundamentalmente, de su forma de ser, que le permitió ganarse la simpatía y la amistad de quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo. Supo transmitir y -como decía un antiguo director de la vieja Experimental de Cinco Saltos- también escuchar. Ebert fue un hombre abierto a las inquietudes y siempre dispuesto al diálogo superador. Le tocó vivir épocas de grandes cambios en la actividad productiva, pero su enorme experiencia y seguramente su pasión por el trabajo lo tuvieron como un adelantado a la hora de corregir o diseñar una nueva plantación. Luego de una larga actividad en el INTA se incorporó al sector privado, donde continuó desplegando todas sus bondades junto a la producción.

Hoy ya no se encuentra entre nosotros, pero seguirá vivo en el recuerdo de todos. Estamos seguros de que en la historia de nuestra fruticultura el nombre de Ebert Bonavento ocupará un lugar destacado, como el que ocupó hasta hoy, en el corazón de cientos de productores valletanos.

Edgardo Kristensen

(Productor)