Referentes del turismo enológico de las principales regiones de la vitivinicultura mundial visitaron bodegas argentinas en la apertura de la segunda etapa del Plan de consolidación del enoturismo en Argentina que lleva adelante la asociación empresaria Bodegas de Argentina.
La agrupación promueve el enoturismo con el apoyo de los gobiernos de las provincias vitivinícolas, la Secretaría de Turismo de la Nación (Sectur) y el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y cuenta con el financiamiento del Fondo Multilateral de Inversiones (BID/Fomin).
El grupo de visitantes estuvo integrado por la directora de la Oficina de Turismo de Bordeaux -Francia-, Sophie Gaillard; el director del Centro de Visitantes de Napa Valley -California, Estados Unidos-, David Turgeon, y el director del Centro de Estudios Turísticos de Florencia -Italia-, Marco Pavoletti.
Asimismo, asistieron el presidente de Great Wine Capitals, -Porto, Portugal-, Manuel Cabral, y el director del proyecto de la Ruta del Vino de la Región Vitivinícola de Montilla-Moriles -Andalucía, España-, Reyes Ávila, coordinados por el responsable del área de Bodegas de Argentina y la Coviar, Gabriel Fidel.
Al disertar en Bodegas y Viñedos Santiago Graffigna, en San Juan, Fidel resaltó "la importancia del desarrollo y la difusión de la industria vitivinícola como herramienta de crecimiento turístico".
La experta francesa Sophie Gaillard apuntó que "la importancia del turismo vitivinícola es asociar a las bodegas, a las empresas vitivinícolas, con todos los otros productos turísticos de la región, porque hay muchísimas cosas que se pueden sumar y la Argentina tiene todas las posibilidades para desarrollarlo".
Por su parte, Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, dijo que "hace un año venimos trabajando para consolidar el turismo vitivinícola en el país con aportes del BID", a la vez que enfatizó que "esto es mucho más que tener una bodega bien presentada y una gira por la misma; se trata de sumar creatividad".
Al respecto, el secretario de Turismo de San Juan, Dante Elizondo, dijo que el turismo del vino "nos incumbe a todos, no sólo a las bodegas, porque el turista también va a conocer y a gastar en otros rubros; tenemos que ponernos a tono con lo que sucede en el mundo".
En este sentido, Fidel agregó: "Cuando el turista se traslada quiere saber cómo se vive en la zona, cómo es su economía, su historia y su vestimenta y cuáles son sus fiestas típicas, sus comidas y su cultura en general. Y todo esto también forma parte del turismo del vino".
En la Argentina hay 152 bodegas abiertas al turismo, de las cuales 52 tienen restaurantes y 12, alojamiento. En casos puntuales se agregaron también canchas de golf y de polo.
A partir del 2004 (primer año en que se relevó esta información) el número de visitantes se duplicó; de acuerdo con cifras oficiales, 1,1 millones de turistas visitaron las bodegas.
En el 2007 en relación con el año anterior el impulso del enoturismo marcó un crecimiento del 51%: pasaron por los establecimientos vitícolas argentinos 923.290 turistas.
Mendoza concentró el 74,2% de los visitantes, seguida por San Juan (9,1%), Salta (8,2%) y Neuquén (4,4%).
Las estadísticas indican que el 2,7% de los turistas que recorrieron el país visitó bodegas en siete provincias y que el enoturismo aportó a Mendoza el 38% de sus visitantes; a San Juan, el 37% y a Neuquén y Salta, el 14 y el 10% respectivamente.
