La inmigración más importante de daneses a la Argentina se estableció en la provincia de Buenos Aires. Allí, los daneses que llegaron durante el siglo XIX y principios del XX intentaron mantener su cultura e idioma. A medida que crecieron en número crearon sus centros de encuentro. En 1892 fundaron la Asociación de Socorros Mutuos; en 1919, el Club Danés y poco después, su propia iglesia, instituciones que replicaron en varias localidades argentinas donde había fuerte presencia de daneses, como Necochea y Tres Arroyos.
En la Patagonia la inmigración danesa no fue muy numerosa en comparación con las corrientes inmigratorias europeas mayoritarias como la española y la italiana. Aun así, resultó suficiente para que los daneses que se establecieron en la región dejaran su impronta.
"En Bariloche -contaba Pablo Andersen en esta columna-, dentro de lo chiquito que era Bariloche en los años '30, había algunos daneses, aunque nunca superaron a los alemanes. José Benstrup fue uno de ellos y quizá uno de los más se destacaron por su empuje. Fue el fundador de Dina Huapi; 'Dina' por Dinamarca. Allí tuvo una inmensa propiedad -que luego loteó con ese nombre- en la que instaló el tambo más importante de la región. Benstrup loteó, pero casi se funde porque lo agarró la inflación y él había vendido sus lotes en cuotas y en pesos".
Benstrup era un inmigrante danés que había venido como profesor de Educación Física a la Argentina. Fue docente en una escuela danesa que aún hoy funciona en Tres Arroyos, pero no echó raíces en la provincia de Buenos Aires. Su destino estaba en la Patagonia. Pasó una corta estadía en el Alto Valle juntando manzanas por la década del '30, hasta que conoció Bariloche y la eligió para siempre.
En el Alto Valle, la región más poblada del territorio hacia principios de aquel siglo, uno de los primeros inmigrantes de ese origen fue Christian Nielsen (ver "Historia de vida"). Llegó a la Colonia Agrícola General Roca en 1910 y en su carácter de técnico estudió el trazado de los canales integrantes del sistema de regadío existente y que proyectaba llegar, en etapas, hasta Chichinales.
A medida que fue arraigándose al lugar la tierra se convirtió en su pasión. Durante una temporada se dedicó a administrar grandes establecimientos rurales, hasta concentrar todo su esfuerzo en La Bebín, finca de su propiedad, donde hizo sus primeros ensayos en la producción que le permitía el lugar.
En 1912, año en que se normalizó la actividad municipal, Nielsen formó parte del primer Concejo, cargo que volvió a repetir en 1920 y en 1926. Su actividad política se extendió a la órbita nacional cuando se sumó a la Liga Agraria y tuvo una destacada actuación en el traspaso de la Cooperativa de Riego al Estado. Cuando se fundó el Banco de Río Negro y Neuquén -el primero regional impulsado por capitales privados- resultó elegido director, cargo que mantuvo desde 1920 hasta 1936; luego se desempeñó como vicedirector hasta 1948.
Christian Nielsen tuvo una familia numerosa a la que le enseñó su pasión por el lugar. Murió el 19 de febrero de 1953, día en que los comercios de la ciudad cerraron en homenaje a un inmigrante y pionero que había sumado sus esfuerzos para hacer de la nada un gran Valle. (S. Y.)