El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió en la cumbre de la FAO en Roma que el mundo "no puede permitirse fracasar" ante la grave crisis alimentaria y exigió un esfuerzo financiero de 15.000 a 20.000 millones de dólares anuales para aliviarla.
La actual escalada del precio de los alimentos (+53% en los primeros cuatro meses del 2008 con respecto al mismo período del 2007) afecta a los más pobres y ha provocado revueltas en varios países del Caribe, África y Asia.
Según el coordinador de la "unidad de crisis" creada por la ONU, John Holmes, hay "un amplio consenso" entre los países sobre las soluciones a adoptar, ante todo la de incrementar la producción agrícola, por años desatendida por las entidades internacionales.
Un "plan de acción", que incluye ayuda a los agricultores de África, la eliminación de barreras comerciales y medidas de protección social deberá estar listo a "finales de junio" con el fin de que sea presentado a los países más industrializados del G8 en julio en Japón.
Los jefes de Estado y de gobierno y representantes de 193 países estuvieron reunidos desde el martes hasta el jueves en la sede en Roma dela Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), a cuyo final emitieron una declaración que fue calificada de muy tibia, sobre todo por países latinoamericanos -entre ellos Argentina y Venezuela-. (Ver aparte)
Antes de partir este miércoles de Roma, el secretario general de la ONU, lanzó un verdadero grito de alarma. "No podemos fracasar. Es una lucha que no podemos perder; el hambre crea inestabilidad y tenemos que reaccionar unidos e inmediatamente -advirtió-. El plan de acción debe ponerse en marcha urgentemente, millones de personas no esperan", agregó.
La ONU considera que se necesita un esfuerzo financiero de 15.000 a 20.000 millones de dólares al año para combatir la escalada de los precios, la mayor de las últimas tres décadas.
En el segundo día de cumbre, el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, reconoció que es clave suprimir las barreras comerciales a las exportaciones, que estimulan el aumento del precio de los alimentos y golpean a las poblaciones más pobres del planeta. "Tenemos que hacer un llamamiento mundial para que se eliminen las restricciones y las barreras aduaneras a las exportaciones. Esos controles alientan la subida de los precios y afectan a las poblaciones más pobres del planeta que luchan por los alimentos", declaró Zoellick. El pedido fue apoyado por buena parte de los países latinoamericanos, entre ellos Brasil, Argentina, Chile y México, que reiteraronsus críticas al "proteccionismo" de Europa y Estados Unidos.
Los organismos internacionales coinciden en considerar grave y urgente la actual crisis alimentaria, que arrastra a unos 100 millones de personas al umbral de la desnutrición.
Sobre los controvertidos biocombustibles, el secretario de la ONU deseó que se realizaran más "investigaciones" para medir su impacto sobre los precios de los alimentos, argumento rechazado tajantemente por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
El presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, anunció en la cumbre que producirá etanol a partir de caña de azúcar para reducir la dependencia del petróleo, mientras el secretario de Agricultura de México, Alberto Cárdenas, aseguró que en tres años su país empezará a experimentar en etanol a partir de caña de azúcar.