LA HABANA (AFP).- Entrega masiva de tierras ociosas, mejores precios a productores y descentralización de decisiones: éste es el trípode de la nueva reforma agraria emprendida por Raúl Castro en Cuba para aumentar la producción de alimentos.
Las delegaciones de Agricultura que se constituirán hasta el 10 de abril en los 169 municipios del país constituyen una pieza clave en el proceso de descentralización de decisiones.
A partir de "un nuevo concepto" esas delegaciones "tendrán facultad para tomar decisiones y asumir responsabilidades" y deben poner en explotación "toda la tierra" y "perfeccionar la comercialización", dijo el diario oficial "Granma".
Por boca de Fidel y Raúl Castro, "los problemas actuales de la sociedad cubana requieren más variantes de respuestas para cada problema concreto que las contenidas en un tablero de ajedrez", lo que explica la "municipalización" de las soluciones.
De los 3,5 millones de hectáreas cultivables de la isla, el 32,6% pertenece a pequeños propietarios o a las Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA), el 42% son Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC, cooperativas en tierras estatales en usufructo) y el resto, empresas estatales. Pero de esa superficie, "el 51% está ocioso o es deficientemente explotado", según fuentes oficiales, un grave problema en momentos de alza de precios internacionales de los alimentos en cuya importación la isla invierte 1.500 millones de dólares anuales.
El caso más difícil parece estar en las UBPC. Creadas en 1993 como parte de las reformas, existen 1.300 que ocupan el 42% de la tierra. El viceministro de Agricultura, Alcides López, anunció que las UBPC "recibirán un crédito específico que les permitirá elevar la capacidad técnica, cumplir normas productivas más altas y crear futuras potencialidades para la compra de los insumos necesarios".