Habiendo transcurrido 15 años desde que en 1993 se iniciaron los pronósticos de cosecha en el Comahue, es procedente hacer un análisis de los resultados obtenidos.
EN MANZANAS
De las dos variedades que se evalúan, se desprende de la planilla adjunta que en 1996 el resultado del pronóstico fue un 3% menor a lo real cosechado. Para los siguientes años esos valores se fueron incrementando tanto que dejó de cumplir su objetivo principal, el de dar una idea aproximada de la nueva cosecha.
Podemos observar que en el año1997 fue un 28% mayor lo pronosticado que lo cosechado, en 1999 un 9%, en el 2000 un 11%, en el 2001 el 47% y llegando al 2002 un 63%, cifra ésta realmente alta. A partir del 2003 los resultados tienden a bajar a un 53%, en el 2004 al 49%, en el 2006 al 14 % y en el 2007 al 2%.
Estos resultados podrían tener varios orígenes y para ello explicaremos como es el método italiano de pronóstico utilizado.
Para ello debemos tener un censo actualizado de las distintas zonas.
El que primero se realizó bien fue en 1993 y de éste, al azar, se extrajeron el 2% de las plantas de más de 10 años por variedad y tipo de conducción en las distintas chacras, cuadros y filas.
Con esta información en sus manos, el encuestador en el campo va frente a la planta asignada y cuenta sus frutos, los anota y les agrega la distancia entre fila y entre planta como así su estado vegetativo. Terminado el trabajo, la planilla es entregada al centro de cómputos y allí se le aplica un porcentaje de aumento por los frutos no visibles (en Granny este valor es del 29% y en William's del 10%). A dicha cantidad resultante se la multiplica por la cantidad de plantas por hectárea del monte en cuestión, dándonos la cantidad de frutos por hectárea y seguidamente por las hectáreas de la variedad.
A la cantidad de frutos por hectárea se la divide por 100.000, que corresponde a la cantidad de frutos medios por tipo de conducción, ya que en
la práctica este valor se mantiene. Este factor es incluido en una fórmula que nos da como resultado el peso medio del fruto en gramos. Cuando este valor es mayor a uno, el fruto medio es menos pesado y más chico, en tanto si es menor, éstos son más grandes y pesados. Así obtenido el fruto medio se multiplica por la cantidad de frutos por hectárea y por el total de hectáreas, obteniendo los kilos o toneladas por hectárea.
Éste sería el proceso simplificado del método, a fin de posibilitarnos analizar las causales que originaron los errores en el resultado de los pronósticos de cosechas. Con este somero relato y yendo a la tabla adjunta, vemos que la cosecha de 1996 fue un 3% mayor a lo pronosticado. Este valor es aceptable, ya que en los Estados Unidos como en otros países estiman un error promedio del 7%.
Continuando con el análisis observamos que en el 2002 se produjo una merma respecto a lo pronosticado de un 63%. Dicho valor supera largamente el porcentaje que se considera aceptable, salvo que se hubiera producido una catástrofe entre el pronóstico y la cosecha, pero ello no sucedió.
POSIBLES CAUSALES
Del análisis de la tabla se observa lo siguiente:
* En cuanto al conteo de frutos a campo. En general los que hacen el trabajo cuentan menos frutos que los que realmente hay, al no verlos (más si son chicos), y para eso está el ajuste citado. Esto lo hemos podido constatar cuando se hicieron en diciembre de 1993 los conteos de las parcelas experimentales. Los frutos de cada planta fueron menores a lo cosechado, llegando en algunos casos al 50%, por lo tanto este factor no sería causal del error.
* En lo concerniente a la no estimación de plantaciones de menos de 10 años. La no inclusión podría dar origen a una merma en el pronóstico, pero no tan significativa como para hacer variar tanto los resultados dada su baja producción.
* Fecha del conteo de frutos a campo. En la zona se hizo entre el 1 y el 15 de diciembre, distanciándose un mes o más de la cosecha. En ese período se produce un
gran crecimiento y color del fruto, lo que lo hace más visible para el conteo; también se producen caídas por distintas causas (vientos, etc.) que le restan.
Estos factores podrían ser una causa menor de error, pero se podría salvar haciendo el conteo entre el 25 de diciembre y el 5 enero, fechas éstas correlativas con el hemisferio norte.
* Respecto al arranque de plantaciones y/o abandono. El arranque sería un factor preponderante en dichas diferencias, ya que el censo de plantación realizado en 1993 se fue ajustando recién pasados los 10 años.
* Abandono de montes. Fue otra de la causales que motivó la reducción del resultado.
Resumiendo: se puede deducir que la no actualización del censo fue el factor preponderante, siempre condicionado a que Funbapa haya publicado los valores reales de cosecha. Los Estados Unidos, como otros países, censan anualmente 1/3 o 1/4 de los montes, permitiendo actualizarlo con un menor costo.
* Inclusión de otras variedades al pronóstico. Para mejorar el pronóstico sería prudente incluir otras variedades de las consignadas, ya que representan el 13% de la producción al 2007.
RESULTADOS EN PERAS
En general los mismos fueron buenos, ya que en 1996 lo pronosticado fue menor a lo cosechado en un 11%. Con valores similares se sucedieron: en 1997 resultó del 8%, en 1999 del 7%, en el 2000 del 23% y en el 2001 del 5%. En los años subsi
guientes lo pronosticado fue mayor a lo cosechado, que varió entre el 1% y 16%.
Al respecto se supone que el arranque de plantación fue mínimo, no originando errores significativos. Sería importante incluir otras variedades, las que representaron un 8% para 1996 y un 13% para el 2007.
POSIBILIDAD DE APLICAR OTROS MÉTODOS
Hace muchos años apareció un técnico de Alemania propiciando un nuevo método de pronóstico. Ello se hizo público en una revista de Corpofrut pero, como no fue bien estudiado, no se aplicó.
Hacia 1995 conseguí dicho trabajo, que consiste en lo siguiente: considera que el factor definitorio de la producción es la cantidad de sol que reciben las plantas por hectárea. Así un monte tradicional de 7 x 7 m en terreno franco arcilloso aprovecha aproximadamente el 27% por hectárea o sea 2.700 metros cuadrados, en tanto un monte compacto puede hacerlo hasta un 65% o sea 6.500 metros cuadrados.
Esta determinación se realiza mediante una fórmula que considera la edad de las plantas y su distancia entre fila y entre planta, dándonos los metros cuadrados.
Luego, con un simple visor, se observa la planta elegida a 3 o 4,50 m de distancia desde donde se cuentan los frutos visibles. Este conteo puede variar de 6 a 14 frutos por observación, según la carga de la planta.
En las grandes se hacen cinco conteos por lado y en las chicas tres. Una vez realizado todo este trabajo por variedad se suman los frutos y la cantidad de conteos realizados. Luego, a la suma de frutos se la divide por la cantidad de conteos y nos da la cantidad de frutos medios por conteo.
A ese valor se lo multiplica por 10 y nos da los frutos por metro cuadrado. Teniendo ya los metros cuadrados por variedad y los frutos por metro cuadrado, nos faltaría conocer el fruto medio, lo que se podría hacer midiendo a éstos y luego, por fórmula, calculando su peso medio o de lo contrario aplicando la fórmula ya citada por el método italiano. El método ya considera que aproximadamente un 13 % de los frutos no son visibles.
Existe en los Estados Unidos otro método que relaciona la producción con el grosor de las ramas del árbol y cuenta los frutos de una.
FRANCISCO DEHAIS (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Analista frutícola