CIPOLLETTI (AC).- Cuando en la empresa Pollolín decidieron iniciar el proceso que les iba a permitir exportar parte de su producción, no sabían cuáles iban a ser los resultados. A cinco años de esa decisión, los números la colocan entre las primeras 15 del ranking de las exportadoras, con un total de 3.480.000 kilos enviados al exterior en el 2007 y con importantes perspectivas de crecimiento.
De la totalidad de los productos y subproductos derivados del pollo que se comercializan en el mercado externo, la avícola aporta cerca de un 2,2% y, sólo teniendo en cuenta su producción, el porcentaje asciende a un 10. El promedio país es de un 15%.
El principal mercado para los productos locales es Chile, seguido por China. Al primero
se envían pollos enteros y trozados y harina de plumas y al país asiático se exportan las garras y las alas. En menor escala la empresa incursiona también en Sudáfrica, Islas Canarias, Irlanda, España, Vietnam y Mozambique, entre otros.
En el corto plazo tienen en vista a Venezuela, ya que a través de la cámara avícola se le realizó a ese país una oferta para enviar unas 3.000 toneladas mensuales de pollo que cubrirán todas las empresas habilitadas para exportar.
"Nosotros completamos todos los trámites administrativos y quedamos dentro de las empresas que pueden cubrir la demanda requerida", explicaron Fabián Maionchi, Román Jodorcovsky y Oscar Manzano. Los tres fueron los encargados de trazar el panorama exportador de la avícola.
"Nos costó muchísimo entrar en el mercado de la exportación y no sabíamos cómo hacerlo. Una vez que estuvimos adentro nos dimos cuenta de que nos daba otras posibilidades de negociaciones con entidades financieras, independientemente que es otra puerta más y complementaria al mercado interno que, igualmente, siempre tiene mucha demanda", reconoció Maionchi sobre el proceso que inició la empresa en el año 2002.
En ese momento, los vaivenes de la economía argentina y el crecimiento de la producción avícola de la firma convencieron a sus dueños de la necesidad de explorar otras alternativas que les permitieran regular la venta y el stock de los productos que en el mercado nacional tenían demasiadas fluctuaciones. Además había subproductos que, de otra manera, no podían ser comercializados.
Los primeros envíos fueron de harina de plumas, un producto que en Chile se utiliza para la cría de salmones.
"El proceso de exportación fue bastante natural. Comenzamos con ese producto, que tenía una operatoria muy sencilla porque no requería de frío y luego pasamos a las garras. Después al pollo entero y finalmente al trozado", explicaron quienes estuvieron a cargo del proyecto exportador.
Actualmente están analizando la inserción en el mercado extranjero de productos con mayor valor agregado, como los chacinados y las hamburguesas de pollo, que permiten una producción sistematizada y de cierto volumen.
El "gran salto" exportador de la empresa se dio en el 2004. Comparado con el año anterior, el crecimiento fue del 41%. En el 2005 del 63%, en el 2006 del 45% y en el 2007 del 35%.
Si bien la oferta de Pollolín se orienta casi con exclusividad al mercado interno por la demanda que genera, el año pasado la firma puso en marcha un proyecto productivo para ampliar la producción de carne de aves y poder pisar con mayor firmeza en el exterior.
Se construyeron 20 nuevos galpones que ofrecen al mercado una oferta aproximada de 440.000 pollos cada 48 días. Con este emprendimiento la empresa tiene una faena total cercana a los 17,5 millones de pollos por año y representó un crecimiento del orden del 20% comparado con los niveles de faena anteriores a la concreción del proyecto.
En relación al mercado externo, el export manager Jodorcovsky reconoció que una de las debilidades de la industria "es la concentración", porque el principal destino de Argentina para su producción avícola es Chile.
En toneladas que se envían al exterior, este país representa un 18% para pollo entero y trozado y, si sólo se tiene en cuenta el pollo entero, el porcentaje trepa casi hasta el 28%, según los datos que brindó.
También para Pollolín, Chile es un mercado importante y varias son las ventajas comparativas que aprovecharon. En primer lugar, la cercanía geográfica -no más de 300 kilómetros desde esta región- les permitió llegar a ese mercado con pollo fresco transformándose en la mayor empresa argentina en colocar este tipo de producto: representa el 97% de las exportaciones del país.
En números concretos, se enviaron camiones con un total de 974 toneladas, un 43,29% de los productos exportados por la firma.
En segundo lugar, el pollo que se consume en el país trasandino es de características similares a los que se producen en esta región.
Para el resto de los productos y todos los destinos, durante el mismo año Pollolín envió pollo congelado por un total de 1.217 toneladas (48,68%), garras 895 (31,96%) y trozados 538 toneladas.
La importancia de diferenciar sus productos de los de otras empresas avícolas es uno de los objetivos de los encargados de negocios externos de la firma. "Es una manera de lograr ventajas comparativas, ya que nuestra producción es chica si se tiene en cuenta que entre las cinco primeras empresas producen el 70% de la carne aviar del país", explicaron.
Según la información que suministraron, ellos aportan a la producción nacional de pollos entre un 2,5 y un 3% y a las exportaciones un 2,17% el año pasado.