Una leve brisa ayer golpeaba la cara de los presentes. Cerrando los ojos y dejándose llevar por la historia, tal vez era la misma brisa de aquel 22 de febrero de 1983 cuando se inauguraba una gran obra para Río Negro: el puerto de San Antonio Este.
En aquel momento fue todo un nuevo desafío para el sector frutícola, uno de los pilares del desarrollo económico de la región.
Alberto Centani fue parte importante de este proyecto.
Llegó sólo unos años después de la inauguración para desempeñarse al frente de esta terminal especializada en la exportación frutihortícola.
Ayer, el puerto de San Antonio cumplió sus 25 años. Alberto no pudo estar presente en este evento. Falleció en los primeros días de este año, dejando un sueño trunco: la puesta en marcha del espigón
de Bahía Blanca.
Pero todos lo recuerdan de la mejor forma. "Él sigue estando con nosotros", señaló ayer uno de los empresarios más importantes del sector frutícola durante los festejos de la terminal portuaria.
CRONOLOGÍA
En 1991, al frente de las operaciones, comenzó a funcionar SEREX SA, empresa de estibajes generada a partir de una agrupación de colaboración constituida entre Expofrut SA y PAI SA.
Allí, además, se empezaron a prestar servicios a terceros, llegando a abastecer al 67% del mercado en 1997. Ese mismo año se inició el proceso de privatización de la terminal portuaria de San Antonio Este.
Veintidós empresas frutícolas unidas presentaron la iniciativa privada que viabilizó la transformación de la terminal. Merced a este cambio fundamental fue posible posicionar al puerto de San Antonio Este como un nodo lo
gístico al servicio de la producción frutícola.
El 6 de enero de 1998 el grupo concesionario de "Terminal de Servicios Portuarios Patagonia Norte SA" tomó posesión del muelle y de las demás instalaciones. Alberto Centani asumió la Gerencia Operativa y Técnica aportando todos sus conocimientos y la experiencia acumulada en tantos años de servicios en la estiba.
Una experiencia que, unida a su mentalidad innovadora, permitió posicionar a San Antonio como uno de los puertos sudamericanos de excelencia.
Muchos de todos esos logros se debieron al esfuerzo, a la imaginación y a la apuesta innovadora que fue la constante en cada uno de los proyectos de Alberto Centani.
Como toda persona que es capaz de liderar una determinada actividad, Alberto supo también formar un eficiente equipo de trabajo que aprendió de él la abnegación, la vocación de servicio y la predisposición a incorporar modernas tecnologías.
El frigorífico de transferencia puesto en funcionamiento en 1999, la sala de transferencia en el 2002, las plazoletas y sala de consolidado para contenedores reefers en el 2004 son pruebas elocuentes de esta vocación constante y persistente de apostar al cambio, a la innovación y al desarrollo de un puerto como el que hoy está en funcionamiento.
No caben dudas de que Alberto Centani sigue y seguirá presente en San Antonio y que toda su experiencia se trasladará a Bahía Blanca.