Fuerte fue la presión de Nación esta semana para que el gremio de los trabajadores rurales (UATRE) levante el paro, permita la libre circulación por las rutas de la región y así dar comienzo a la cosecha de peras.Sin embargo, nada de esto fue escuchado y hoy está en peligro la recolección de la principal especie de exportación que tiene la fruticultura regional.
Cuando uno analiza los números macro de la economía frutícola, termina por comprender los desequilibrios que presenta el sistema y quiénes son los que los generan. Las retenciones a las exportaciones, sumadas a la quita progresiva que sufrieron los reembolsos, llevaron a que el sector privado generara transferencias de recursos propios hacia el sector público nacional en torno a los 140 millones de dólares desde el 2002. No más de un par de millones fueron devueltos por la Nación en estos últimos años, de la mano de subsidios que nunca terminan de cumplir con los objetivos planteados. Todo muy lamentable.
Para el 2008 por retenciones, un impuesto totalmente distorsivo para la economía, el sector aportará a las arcas nacionales algo más de 25 millones de dólares tomando en cuenta el segmento fresco e industrial.
Este valor es 2,5 veces lo que hoy está reclamando el gremio por aumento de salarios. Con estos números sobre la mesa, la Nación mira para otro lado. "El tema de las retenciones no se toca, ni siquiera de costado...", ironizó uno de los principales asesores del flamante ministro de Economía, Martín Lousteau.
Los gremios, los empresarios y los productores deberían comenzar a replantear su estrategia frente a lo que es el continuo flujo de dinero que año tras año la actividad manda a las arcas nacionales para sostener el gasto político de los Kirchner. Desde el gobierno nacional continuamente se habla de equidad y cambios en la distribución de la riqueza. Está claro que, para con la fruticultura del Valle, Cristina de Kirchner no tiene la conducta que permanentemente reclama a las empresas del sector privado. Hoy no hay tributo más inequitativo que las retenciones a las exportaciones. La fruticultura eso lo sabe y lo sufre.