MENDOZA.- Lejos del record de casi 674.000 toneladas que dejó la cosecha de frutas en el 2006, la temporada 2007/08 en esta provincia vuelve a caer.

Representa un 11% menos que la campaña anterior y, con poco más de 528.000 toneladas por recoger, es la más baja de los últimos cuatro años.

Así lo señala el diario "Los Andes", destacando que sólo el durazno destinado a conserva, pese a una retracción en la superficie cultivada (unas 570 hectáreas menos), muestra un leve repunte respecto del año pasado. Según la estimación del área técnica del IDR (Instituto de Desarrollo Rural), las fábricas dispondrán de 2.881 toneladas más que a inicios del 2007. Por el contrario, el relevamiento señala que tanto el durazno para consumo en fresco, como la ciruela (para industria y consumo), pera y manzana se redujeron entre 10% y 30%.

Hasta ahora la producción frutícola mendocina tuvo su piso histórico durante la campaña 2001/02, cuando no llegó a completar las 98.000 toneladas.

Según Alfredo Baroni, coordinador del pronóstico, las heladas acaecidas durante la floración y el cuaje ya condicionaron el rendimiento de las plantas.

Por ejemplo, el durazno para consumo en fresco en el Valle de Uco pasó de 33 toneladas por hectárea en el 2006 a 23, mientras que en la zona Sur las chacras con ciruelos dan 11,5 toneladas contra 13 del año pasado. Si se toman como parámetro de rentabilidad unos 900 frutos por planta, sólo en zona Este, donde el rinde promedio era de 1.241 ciruelas en el 2005, ahora es una cuarta parte.

"Los que no han sido tan castigados por la helada ni el granizo tendrán rentabilidad, con un tope dado por el incremento de un 20% de los insumos", expuso Raúl Aruani, de la Asociación de Productores y Exportadores de Fruta en Fresco.

El sector de los frutales de pepita viene con erradicación sostenida. La escasa incidencia de los productores locales en la determinación del precio limita la sustentabilidad. Las mermas también golpearon de lleno a estos dos productos, lo que los hace menos sustentables aún.