Marisa Saito es hija de Alberto Saito y de Hilda Merino. Ella, como su padre, es una maravillosa síntesis de sus ancestros más la suma de sus dones personales. "De mi abuelo japonés he heredado el amor por las plantas, afirma Marisa. Trabajo actualmente en huertas escolares y soy parte de la Red Jarilla de Plantas Saludables de la Patagonia. Pero esta herencia llega también de parte de mi abuelo materno, nacido en Las Ovejas, quien también era un amante de las plantas del lugar".
Y de su padre, aunque ella no lo diga, Marisa hereda el don de sanar. Cada uno a su modo, y desde distintas prácticas y saberes, tienen la voluntad de hacer sentir bien a cualquiera que se lo solicite. Ella es como un nexo entre los que buscan alguna solución a dolencias específicas y la naturaleza generosa que guarda los secretos curativos.
"El tema de los yuyos empezó hace unos 15 años en esta zona -cuenta-. Una médica generalista de Zapala, Adriana Marcus, fue la iniciadora de este movimiento en la región. Ella se capacitó en el Centro de Estudios sobre Tecnologías Apropiadas de la Argentina (Cetaar), ong ecologista que desde 1988 trabaja en Marcos Paz promoviendo la agricultura orgánica, el rescate y protección de las plantas medicinales para el cuidado de la salud, la protección de la biodiversidad y la participación de la comunidad en la defensa del medio ambiente. Después, volvió Adriana con su mochila yuyera y empezó a hacer talleres con agentes sanitarios y médicos", continúa Marisa.
Adriana Marcus había trabajado en Zapala con la comunidad Gramajo y tenía una relación de confianza con sus pobladores y con otras comunidades del Neuquén. Ella iba a los parajes y pasaba temporadas con sus habitantes. Hizo un trabajo de rescate del saber popular que fue fundamental. "En realidad esta actividad es un intercambio de saberes y un acto de recuperación de la memoria. Hay plantas medicinales que se usan con humanos y otras que se usan con animales. Hace poco se hizo un taller con veterinarios en Aluminé.
"Yo me vinculo hace unos 6 años con esta actividad. Había una capacitación acá en Plottier y yo no podía ir. Fue una amiga y nos propusimos un intercambio. Yo le daba un taller de alimentación que estaba trabajando con gente del Pro Huerta. La idea era armar un grupito para hipertensos y diabéticos y mi amiga me transmitía lo que había aprendido en la capacitación sobre uso de plantas medicinales. Así empezamos. Finalmente formamos un equipo con mi amiga y hoy somos las representantes de la Red de Plantas Saludables de esta zona. Formamos un grupo que se llama 'LaVanda de los yuyos de Plottier', en el que participa además gente de Catriel, Bariloche y El Bolsón. Fuimos a un montón de lugares con nuestro taller. En el tercero o cuarto encuentro que organizamos en Cutral Co disertó el Dr. Rapoport, quien estudia las 'buenazas', las plantas silvestres comestibles".
La Red Jarilla es la representante de una madeja nacional. Se eligió la jarilla por ser la planta nativa más representativa de la meseta Patagónica. Ella es parte de la Red Nacional de Plantas Saludables y ésta, a su vez, se hermana con iniciativas semejantes en países vecinos (Chile, Brasil y Uruguay) que conforman la Red Latinoamericana de Plantas Saludables.
En la Argentina, además de la red Patagónica está la red del NOA, la del NEA y la del Centro.
"La red nuestra es bastante amplia -afirma Marisa-. Actualmente fabricamos preparados, cremas, ungüentos, caramelos, champús, entre otras cosas. Nuestros principios fundamentales son: preservar las plantas nativas, usar las plantas comestibles y promover el respeto hacia los pueblos originarios".
Zapala y Plottier son las localidades donde el movimiento yuyero es más importante. (SY)