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Sábado 10 de Noviembre de 2007
 
 
 
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  Cadenas agroindustriales rechazan retenciones

Criticaron el nuevo aumento del tributo para el campo. Aseguran que, eliminándolo, la pobreza disminuiría.

 
 

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BUENOS AIRES (ABA) .- Una olla a punto de ebullición o los truenos que anticipan la tormenta; son dos imágenes que se podrían asociar al clima en medio del cual se desarrolló el Foro de la Cadena Agroindustrial realizado el martes pasado en la ciudad de Córdoba.

Es que faltaban escasas horas para el anuncio del gobierno nacional del aumento de las retenciones al agro con el objetivo de "recuperar parte del gasto político que dejó el reciente proceso electoral", según la interpretación mayoritaria de quienes participaron de la jornada llevada a cabo en el Hotel Sheraton de la capital mediterránea.

Justamente en la misma se detalló que los subsidios con recursos extraídos por el go

bierno al sector productivo "son utilizados en un 70% para favorecer a quienes no los necesitan". El dato causó indignación.

Estaban presentes representantes de las 41 entidades que integran la Cadena Agroindustrial; entre otros el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luciano Miguens, de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) Mario Llambías, y autoridades de la Bolsa de Cere

ales, de la Federación Argentina de Citrus, de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos, de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino y de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinarias Agrícolas. Más de 700 personas se dieron cita en el evento.

En ese contexto se presentó un trabajo de investigación que puso bajo análisis los efectos económicos que tendría reemplazar los derechos a la exportación (DEX), las restricciones cuantitativas a la exportación (REX) o ambos, en un espíritu contrario al profundizado por la administración Kirchner.

La principal conclusión fue que eliminar por completo las retenciones agropecuarias en el mediano plazo unos cinco años disminuiría los índices de pobreza en un 6,9%, creándose 300.000 puestos de trabajo y beneficiando a medio millón de personas por el impacto económico que tendría la medida en el área en cuestión.

El mismo trabajo planteó un escenario de mínima con un crecimiento del PBI del 2,8% según el cual, sin retenciones, la pobreza se reduciría en un punto y medio.

La investigación, realizada durante ocho meses por un equipo encabezado por los expertos Julio Nogués de la Universidad Torcuato Di Tella y su par de la Universidad Nacional de La Plata, Alberto Porto, reconoce que el quite de las retenciones y de las restricciones a las exportaciones aparejaría algunos efectos negativos, como un incremento de la canasta básica de un 14,5% o una caída de la recaudación de 2.580 millones de pesos con algún aumento del índice de indigencia. Pero consideran que tales obstáculos pueden ser contrarrestados con mayor recaudación de otros impuestos, mejor utilización de los recursos sociales y por la demanda de mano de obra en el caso de una expansión del segmento ganadero.

La propuesta es reducir progresivamente los derechos de exportación en un lapso de entre 3 años y un lustro para minimizar el impacto en la indigencia, rediseñar impuestos y reducir erogaciones malgastadas.

Es cierto sostuvieron los expositores que si se excluyen las retenciones de manera automática se perderían ingresos por algo más de 8.000 millones, pero los mismos se pueden recuperar aplicando una retención a nivel de aduana del Impuesto a las Ganancias.

Eliminar los DEX y REX le dejarían a Nación un agujero fiscal de unos 5.000 millones, aunque ganancias para las provincias por 2.800 millones. "El 72% se puede recuperar rápidamente", adujeron los especialistas, quienes agregaron que reemplazar retenciones por vales alimentarios tendría el mencionado impacto fiscal inicial, pero luego se reduciría a 500 millones y en cinco años se recuperarían los fondos caídos.

Sacar los REX mejoraría ingresos para los productores en un 15%, en tanto el pan aumentaría el 1,5%, lo cual se podría compensar con aportes asistenciales.

Todo parece traer a colación la anécdota de la sábana que si tapa los pies destapa la cabeza. En definitiva, se trata de un balance de resultados. En un caso concreto se expresó que, si bien es verdad que si disminuye un 10% el precio de la carne unas 73.000 personas pueden beneficiarse de no caer en la pobreza, al mismo tiempo se está afectando a 600.000 habitantes que dependen de actividades relacionadas con el campo.

¿Cuáles son los males que causa la extensión temporal de las retenciones y la censura a las exportaciones? Para los autores del informe algunos son: la eliminación de las fuerzas competitivas castigando a los productores primarios y la falta de incentivos para la innovación y el crecimiento.

 

POLÉMICA

Las objeciones al trabajo presentado en el Foro, provinieron especialmente de quienes, si bien avalaron la calidad intelectual del trabajo,

calificaron al programa como de difícil aplicación en el actual contexto o de complicada viabilidad por surgir de ejercicios de simulación no sencillos de verificar cuando la política mete la cola.

En ese plano, Adolfo Sturzenegger puso énfasis en la dificultad de sustituir los recursos fiscales que se perderían si se desplazan las retenciones; además, resaltó que en el actual régimen el Impuesto a las Ganancias no se aplica a las exportaciones.

El economista, que militara en el cavallismo, también indicó que la investigación apunta a cómo impactaría el giro propuesto en los salarios agrícolas pero no tanto a los ingresos del resto de los actores económicos.

El profesor Daniel Heymann también puso en duda el impacto salarial que se le adjudica a la derogación de las retenciones y que los recursos puedan ser sustituidos por el Impuesto a las Ganancias.

Sturzenegger se inclinó por dos propuestas moderadas: una retención entre el 5 y el 10% para los sectores muy competitivos y otra móvil sólo para circunstancias de ascensos excepcionales en los precios internacionales.

Marcelo Lascano, quien formara parte del Plan Fénix, destacó como un dato a tener en cuenta la merma del 21 al 9% de la oferta en el mercado de Liniers durante el año pasado. También reconoció la dificultad de reducir los derechos a la exportación en un contexto de un "vergonzoso gasto público sobre el cual hace varios años no hay controles de las cuentas de inversión".

En otra de las mesas Rosana Negrini, presidenta de Agrometal, hizo referencia al debe y el haber en materia agropecuaria durante la etapa de Néstor Kirchner.

Como positivo remarcó el repunte en materia de maquinarias agrícolas con la respectiva eliminación de aranceles a la importación; mientras, del lado oscuro hizo referencia a la perdida de relevancia argentina en el mercado internacional de la carne. Pidió una reforma impositiva global, aludió al desarrollo ferroviario ineficiente, a la necesidad de nuevas rutas y caminos y a la construcción de hidrovías.

En el mismo panel, Francisco Delich se refirió al desafío educativo y tecnológico. Evocó lo que significó la escuela sarmientina para el modelo del siglo pasado y comienzos del actual y las escuelas agrotécnicas para la etapa de industrialización que siguió a los años 20, para preguntarse qué modelo de educación se plantea en miras a la época contemporánea, con "una escuela rural casi inocua para esta realidad".

"Hace falta un nuevo modelo educativo, el actual ya no sirve", concluyó el ex rector de la Universidad de Córdoba.

 

CLAUDIO RABINOVITCH

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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