El reciente informe sectorial "Día a Día del Vino" consigna que Chile, Australia y Europa comienzan a enfrentar problemas con sus exportaciones de productos vitivinícolas. Analistas están convencidos de que es hora de parar la pelota y volver a plantear el esquema de comercialización una vez más.
Esta pérdida de competitividad no sólo es privativa de la Argentina sino que también afecta o afectará a los demás países productores de vino, ya sea por una u otra cuestión.
Para el caso de Argentina, dice el trabajo, la pérdida de competitividad está dada por la inflación y el incremento de los costos.
Chile, en tanto, muestra inconvenientes con su tipo de cambio, algo similar a lo que ocurre con el conglomerado europeo.
Australia, por su parte, tiene problemas por su falta de diversidad de mercados, ya que coloca el 74% de sus exportaciones en el Reino Unido y Estados Unidos.