El ministro la Producción y Turismo de Neuquén, Marcelo Fernández Dotzel, manejó en estos últimos años un área del gabinete altamente sensible. Es uno de los pocos funcionarios que recibe el respaldo de la mayor parte del sector privado ligado a la producción. Pragmático y con un alto perfil a la hora de imponer sus ideas, Fernández Dotzel aseguró que la clave del éxito de una gestión pública está basada en el equipo de técnicos con el que cuenta un gobierno. Esta es parte de la conversación mantenida con el funcionario.
¿Habrá continuidad en la política que implementó?
Parto de un razonamiento muy lógico. En 1999 nosotros planteamos una estrategia de desarrollo que priorizaba tres sectores: hidrocarburos, con alianzas estratégicas para optimizar su funcionamiento, la producción primaria y el turismo. Para ello diseñamos los planes sectoriales, con muy buenos resultados. ¿Por qué cambiar?
¿Qué planes son exitosos?
Hemos crecido un 30% en la producción de terneros en los últimos siete años. Tenemos un fondo de reconversión productiva, el plan apícola que ya lleva ocho años pasando de 50 toneladas a 500 toneladas de producción de miel, el plan maestro de turismo con un crecimiento en pernoctes de 20% anual. Y puedo seguir enunciando muchos planes que hoy están en vigencia y no encontraron su techo de crecimiento todavía. Los planes son dinámicos y deben adaptarse, para lograr sus objetivos, a la situación cambiante año tras año.
¿Cuándo se cambia la matriz productiva?
La gestión 1999/2007 va a ser recordada como la que comenzó la reconversión productiva en la provincia. Los resultados se van a ver en 15 o 20 años.
¿Conversó esto con el próximo ministro?
Ya tuvimos varias reuniones con Leandro Bertoya. El es un conocedor del tema y en muchos de los proyectos venimos trabajando desde hace tiempo.
¿Bertoya coincide en dar continuidad a este modelo?
Modificará lo que considere necesario. Yo estoy a su disposición para hacer una transición lo más positiva posible. Quedan proyectos del orden de las 35.000 a 40.000 hectáreas para poner en producción.
¿Por qué en los nuevos
proyectos productivos implementados por el gobierno no ingresó gente que estaba históricamente trabajando en la actividad?
En ese sentido tengo dos explicaciones. Cuando comenzaron estos proyectos de Añelo y El Chañar, la fruticultura vivía una época de crisis importante. En ese momento los empresarios que conocían el rubro estaban cuidando lo que tenían y les fue bien. El otro punto es que muchos emprendedores de la región que tenían excedentes económicos, producto de otras actividades, se tentaron e ingresaron en la producción como forma de canalizar estos excedentes.
¿Hay algún tipo de autocrítica en este sentido?
Puede tomarse como un déficit el hecho de que no se pudo integrar al pequeño productor en este esquema. Pero tengo confianza en que en el mediano plazo muchas empresas comenzarán a desembarcar en la región para insertarse en el proyecto productivo de la provincia. Es todo cuestión de tiempo y mantener una línea política de apoyo a la actividad.
¿Cuánto es el subsidio directo que da hoy la provincia a la producción?
El presupuesto de producción anda en 80 millones de pesos, sin el Iadep, y de eso destinamos el 35% a la producción.
¿Cuánto salió este último año del Iadep para el sector?
No tengo los datos, porque no son de mi área.
¿Cómo ve el escenario económico de mediano y largo plazo para Neuquén?
La provincia tiene una gran ventaja, puede consolidar la reconversión productiva dentro de un escenario favorable que tiene como sosten los hidrocarburos. Es la gran oportunidad.
¿Nubes en el horizonte?
Si no le damos racionalidad a la administración del Estado, el sistema puede entrar en crisis. Y allí se entra en un punto de difícil retorno. Estamos a tiempo para prevenir este escenario.