Como el resto de las localidades de la zona, Luis Beltrán cuenta entre las familias tradicionales aquellas que llegaron a principios de siglo, un enorme capital histórico no sólo por sus memorias sino porque en ellas se ha basado el crecimiento de las distintas ciudades, que se ha ido alimentando también con la llegada constante de profesionales y trabajadores de otros sitios del país.
Los colonos, los primeros inmigrantes además, tenían sus expectativas puestas en el trabajo de la tierra, sus sueños y esperanzas. Sabían que era desde ese lugar, las chacras, las quintas, desde donde se podía construir un futuro para la comarca.
Como tantas otras familias, la de los Costanzo es un ejemplo de ello así como, sin dudas como relató don Juan, el temple y la pujanza de su padre por ver crecer la zona, peleando por la balsa, por el puente, por el riego. Y, más tarde, su propia iniciativa de traer la energía eléctrica puede ser tomada también como un ejemplo de perseverancia y lucha contra los obstáculos.