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Sábado 07 de Julio de 2007
 
 
 
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  Problemas para la fruta en frío

Las restricciones energéticas complican a la industria.
Hay temor de que se produzca una maduración precoz de la fruta.

 
 

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Los empresarios ligados a la actividad frigorífica relacionada con la fruticultura están realmente preocupados. Y no es para menos: las restricciones en el suministro de energía comenzaron a golpear sobre las expectativas del negocio con sus cámaras llenas de fruta. Para colmo, todavía no saben cuánto deberán pagar por la electricidad consumida cuando  la pera y la manzana salgan al mercado.
“Estamos en una situación realmente compleja, sin datos ciertos de lo que va a pasar con la energía ni con las cámaras llenas de fruta, que puede madurar de un día para otro”, destacó María Angélica Martínez, del frigorífico Rafael Martínez e hijos SA.
La crisis energética limita el crecimiento. Todas las empresas que consumen más de 300 kW  deben restringir su demanda de energía en cerca del 45% durante ocho horas diarias. Por otra parte, sobre las que consuman más del promedio del 2005 pesará un recargo en concepto de ese ‘plus’ muy superior a los niveles que se han pagado históricamente.
Según fuentes del sector, el costo por el ‘plus de energía’ que pagarán las empresas con el consumo de junio duplicará en valores al de mayo. Las primeras facturas que lleguen en la próxima semana a cada uno de los establecimientos terminarán por develar este misterio.
Para el negocio de los frigoríficos de fruta, el esquema de recortes de energía se torna altamente riesgoso, ya que su principal insumo es la energía eléctrica y el capital con el que cuentan cada temporada es la fruta almacenada en sus cámaras. La incertidumbre acerca del futuro escenario del rubro genera reacciones encontradas entre distintos actores del sistema. “No tenemos información. No sabemos qué es lo que vamos a terminar pagando este mes por la energía que consumimos y nadie nos garantiza que esta situación mejore a futuro”, protestó Juan Carlos Alba, del frigorífico Guerrico SA.
Esta falta de definiciones deriva en otras preguntas: ¿qué pasará, de madurar la fruta antes de tiempo a causa de las restricciones de energía? ¿Quién debe soportar los sobrecostos que hoy recaen en el sector? ¿Cuál es el costo de frío que puede absorber la fruta, si no se cuenta con detalles sobre el mismo?
Estos y otros interrogantes son los que hoy se hacen los empresarios mientras observan consternados cómo, día a día, la crisis energética sigue sin encontrar su piso.
“Al comienzo de las restricciones, los efectos sobre las temperaturas internas de las cámaras representaban un par de décimas de grado, algo controlable para mantener la fruta. Hoy esas variaciones, desde que apagamos las máquinas hasta que las volvemos a poner en marcha, alcanzan en algunos casos puntuales los dos grados. Y esto sí que es preocupante”, remarca Miguel Grasso, de la firma Agrofresh.
Si esto sigue así, a fines de agosto parte de la fruta que hoy está en frío tendrá que salir de las cámaras antes de tiempo, lo que tendría un efecto negativo en el mercado: la manzana llegaría a éste sin programación, por lo que podrían producirse sobreofertas puntuales que terminarían incidiendo en los precios finales del producto.
“Si nosotros establecemos un plan de trabajo a principios de la temporada y en función de él llenamos las cámaras, el gobierno no nos puede decir ahora que no tiene energía para mantener esa fruta. La falta de previsibilidad es realmente alarmante”, comentó con preocupación Carlos Zwenger, de la empresa Rotter SA. Y ésta es tal vez la crítica que más suena entre los empresarios: la falta de previsión, de estrategias de mediano y largo plazo, por parte del gobierno nacional en temas tan importantes como es el sistema energético.
El daño que se está haciendo a la economía es realmente importante y puede marcar el principio del fin del ciclo de crecimiento que presentó el país en los últimos cinco años. La clave es buscar una reducción de consumo algo más solidaria: que los intendentes disminuyan la demanda en los municipios y que la  sociedad también colabore, pese a que desde el gobierno central no es éste el mensaje que se está transmitiendo.
Con este esquema de restricciones a la industria, evidentemente la fruta no madurará como se quiere sino más bien como se pueda. ¿Qué pasará con el daño que se produzca en la fruta? ¿Quién asumirá las pérdidas? “Fuerza mayor, te dicen. Alguien deberá hacerse responsable de todo este desmanejo”, acotó Zwenger.
“Todo este tema es bastante perverso porque las aseguradoras te cubren si existen doce horas en el corte de suministro pero acá, como no cortan sino que restringen, entonces de las pérdidas nadie se hace cargo”, señala Martín Rodríguez, de la empresa Polar SA. “Hay una discriminación terrible. Los frigoríficos que demandan menos de 300 kW consumen sin ningún tipo de limitaciones, con un costo de 0,08 pesos contra los 0,16 pesos por kilo que hoy yo ya estoy cobrando por mantener la fruta en frío. Y esto sigue para arriba”,  agregó el empresario.
Está claro que el gobierno busca corregir las falencias que presenta el sistema energético, pero lo hace en una forma lineal y todo el costo recae sobre la industria. De mantenerse este escenario, el daño en el circuito frutícola terminará por repercutir en toda la economía regional, ya que los sobrecostos progresivos que se están produciendo se trasladarán en forma puntual a la fruta y a los trabajadores que, en definitiva, terminarán siendo expulsados del sistema.
Los empresarios de la industria frigorífica reclaman medidas urgentes para no ingresar en un punto crítico que luego no tenga retorno. El gobierno provincial debe tomar las riendas de este problema y llevarlo a la Nación, para reclamar un esquema de restricciones más equitativo.

Preocupación hacia el verano

“Los problemas energéticos que hoy se observan en el Valle se potenciarán en el verano”, destacó esta semana un importante operador del mercado ante una consulta de este diario.
En enero de este año el sistema trabajó al límite. Teniendo en cuenta el crecimiento económico que registrará el país en todo el 2007, que será del orden del 8%, la mayor demanda de energía proyectada para enero del 2008 no podrá ser atendida. Por lo tanto, el gobierno volverá con las restricciones sobre la electricidad, escenario sumamente complicado para todo el sector frutícola ya que se potenciarán los cuellos de botella que hoy presenta la producción regional en relación con su cosecha y la capacidad de frío disponible para su almacenamiento.
El gobierno nacional estima que la actual crisis de invierno terminará en los primeros días de agosto. Desde esa fecha hasta octubre, cuando se celebran elecciones presidenciales, todas las miradas estarán puestas en las urnas, por lo que la crisis energética –que en ese momento no existirá– pasará a un segundo plano. Hasta diciembre, fecha en que asumirá el nuevo presidente, no se van a tomar medidas de fondo en este tema. Y, siguiendo la secuencia de los acontecimientos, en enero –mes de plena cosecha de peras en el valle– la crisis energética volverá a aparecer en toda su magnitud. ¿Los daños para el sistema frutícola? Por ahora, impredecibles.

 

   
JAVIER LOJO
jlojo@rionegro.com.ar
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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