Los ministros de Agricultura de la Unión Europea acordaron el martes en Luxemburgo la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del sector de las frutas y hortalizas, cuyo resultado fue celebrado como un triunfo por España, uno de los principales productores del bloque.
“España ha alcanzado todos los objetivos que nos planteábamos. La reforma aprobada contribuirá a mejorar la competitividad de un sector en el cual somos los primeros productores de Europa”, dijo la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, al final de la reunión con sus homólogos que puso punto final a varios meses de intensas negociaciones.
El principio general de la reforma adoptada por los 27 es girar las ayudas según un monto previamente acordado, de acuerdo al número de hectáreas de tierra cultivadas y no en función del volumen de producción.
Este sistema busca incitar a los agricultores a orientarse hacia los cultivos más rentables, sin reducir el presupuesto destinado al sector, que continuará siendo de 1.500 millones de euros anuales, de los cual España recibe 370 millones.
La reforma prevé además otras iniciativas para mejorar los ingresos de los agricultores, en particular la promoción de estos productos cuyo consumo en la UE se encuentra en general por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Encontramos un acuerdo equilibrado que permitirá a los productores orientarse más hacia el mercado”, dijo la comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, en la conferencia final organizada por la presidencia alemana de la UE.
Para España, había varias cuestiones importantes a defender antes de llegar a un acuerdo final y, según la ministra Espinosa, todas fueron incluidas en la propuesta definitiva de la presidencia alemana de la UE, empezando por un período de transición antes de que desaparezcan las ayudas a la industria basadas en la producción.
Esos períodos de transición serán de entre dos y cuatro años para las hortalizas y algo más –entre cuatro y seis años– para las frutas, con especiales beneficios para el tomate y los cítricos, dos productos en los que España requería especial atención.
Otro logro es la inclusión de un fondo de gestión de crisis dentro de los programas operativos de las organizaciones de productores (OP), propuesta en la cual se aumentó el porcentaje de ayuda comunitaria del 4,1% actual al 4,6% y que permitirá la concesión de ayudas nacionales a los productores no asociados.
En cuanto a los productos frescos, la ministra Espinosa destacó el hecho de que “se mantengan normas de comercialización para dar transparencia al mercado” y que se “refuercen las exigencias y controles sanitarios de las importaciones de países terceros”.