La sequía está golpeando fuerte en el departamento rionegrino de Pichi Mahuida.
Desde hace dos años las precipitaciones son insuficientes e inoportunas, lo que afecta en forma directa el desarrollo de las pasturas de los campos. En los últimos meses, este escenario se agravó. Mortandad de animales, bajos índices de preñez, mal estado de la hacienda y liquidación prematura de animales son algunas de las consecuencias de esta feroz sequía que obliga a los productores ganaderos a buscar ayuda para paliar la crítica situación.
Los cálculos de las pérdidas indican que éstas ya superan los 3 millones de pesos, valor que puede comenzar a multiplicarse en la medida en que continúe la sequía y no exista ayuda para retener los animales en el campo.
Los ganaderos perciben que deberán descargar los campos, lo que terminará por afectar el actual stock de hacienda de toda la zona. La descapitalización continúa de la mano de la venta masiva venta de ganado. Entre las medidas de mínima, los productores aseguran que no quieren perder el material genético adquirido con mucho esfuerzo en los últimos años.
Este dramático escenario por el que está pasando el sector motivó que la Sociedad Rural de Río Colorado elevara, al ámbito provincial y nacional, un informe elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) local donde se refleja claramente la situación dentro del departamento de Pichi Mahuida. En ese informe se diferencia una zona crítica con categoría de desastre, que corresponde a la zona Este del departa- mento, donde las precipitaciones han sido escasas desde el año 2005 hasta la actualidad.
También se demarcó una zona intermedia situada al sudoeste de la provincia con escasas precipitaciones en el año 2005 y buena parte del 2006, incrementándose en los primeros meses del 2007. Actualmente estos productores también están entrando en emergencia por falta de precipitaciones en este último período otoñal, habiendo ya comenzado a liquidar parte de sus stocks.
La zona más crítica abarca alrededor de 600.000 hectáreas, es decir un 50% del departamento, y comprende 122 establecimientos ganaderos con una población de 60.400 vientres y cerca de 2.800 toros, que son las categorías más afectadas.
En esta zona las precipitaciones promedio para el año 2005 no superaron los 250 milímetros y en el 2006 apenas alcanzaron los 300 milímetros. Para tener en cuenta la escasez de agua de estos años hay que señalar que la media histórica se acerca a los 600 milímetros.
A la escasez de lluvias, hay que agregarle el momento inoportuno en la que llegan las mismas, ya que las más significativas de los años 2005 y 2006 se concentraron durante los veranos de esos años, cuando poco efecto tienen sobre el pastizal natural del campo.
Así planteada la situación, gran parte de los productores del departamento están viviendo una fuerte problemática con la hacienda: mal estado de los vientres, mortandad y bajos índices de preñez en el ciclo anterior que empeorará en el siguiente.
En ese sentido, hay que remarcar que los productores se han visto obligados a vender ternenos de muy bajo peso que emigran al norte del Río Colorado como así también vender vientres a bajo precio. Todo esto genera una espiral económica negativa sobre la actividad que, hasta ahora, nadie sabe muy bien adónde termina.

EMERGENCIA PROVINCIAL

Días atrás el ministro de Producción, Juan Acattino, el secretario de Ganadería, Ricardo del Barrio, y el director de Ganadería, Martín Oscos, estuvieron reunidos con miembros de la Comisión Directiva de la Sociedad Rural, ya que en un encuentro anterior se les había solicitado acompañamiento para paliar esta crítica situación.
El funcionario informó que ya se ha firmado el decreto de emergencia provincial para comenzar a gestionar la emergencia nacional.
En ese ámbito de reunión, las autoridades ruralistas señalaron que como los productores están realizando ventas forzosas, reclaman además que se lo contemple a la hora de liquidar sus impuestos, ya que estas ventas no significan ganancias sino una descapitalización.
La titular de la Sociedad Rural, Marta Arocena, expresó que existe una vieja ley de emergencia en cuyo marco se dificulta encuadrar la emergencia ganadera, de ahí que los funcionarios provinciales se hayan comprometido a solicitar una especial atención para eximir a los productores de pagar el impuesto a las Ganancias por estas inusuales ventas.
“Importante también es recordar que al momento de reponer los vientres el productor deberá hacer un desembolso mucho mayor que lo que consiguió por la venta de los suyos”, agregó.
Otro de los puntos del petitorio elevado al gobierno provincial es conseguir créditos blandos para el sector, los que estarían destinados a suplementar los reproductores. “Para este fin el ministro viajará en las próximos días a Buenos Aires para solicitar un adelanto de fondos destinados al plan ganadero. De acuerdo con lo informado por Acattino, Pichi Mahuida recibirá una quinta parte, ya que la emergencia se ha extendido a gran parte de la provincia”, indicó.
Arocena opinó que, si bien los fondos son insuficientes, se podrán ofrecer estos créditos a los pequeños productores, quienes peligran desaparecer del sistema.
Esta crítica situación podría comenzar a revertirse si, en la próxima primavera, se producen precipitaciones regulares que permitan una recuperación de las pasturas naturales en los campos.
Pero nada predice, por ahora, que esto pueda llegar a suceder.