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Sábado 05 de Mayo de 2007
 
 
 
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  Oficios de mujeres
 
 

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En la historia de inmigrantes y pioneros siempre se destaca el enorme esfuerzo que ellos desplegaron al llegar a esta zona del mundo, donde todo estaba por hacerse.
En la vieja historiografía, por lo general se destaca y se detalla el trabajo masculino y poco se dice de la gran cantidad de actividades que desarrollaban las mujeres.
Pobladoras de mundos íntimos, ellas guardan gran cantidad de recuerdos de sus biografías. Detalles que quizá los hombres ocultan u olvidan en el trajín de sus vidas. La mirada de las mujeres es singular, puesto que registran un mundo más integral. No sólo porque –en tiempo de colonos– la mayoría de ellas trabajó la tierra, sino porque también eran portadoras de saberes que hicieron posible la supervivencia. Detalles sutiles como la preparación de alimentos, la potabilización del agua, la hechura de la ropa de toda la familia, el cuidado de la prole que normalmente era extensa, la industrialización de productos o su comercialización, son algunos de los trabajos femeninos que no suelen abundar en las referencias pasadas.
La historia de la familia Höcker habla de mujeres que no sólo hicieron todas estas actividades sino que además tuvieron sus oficios. La bisabuela de la familia, María, era médica obstetra. Ella aparece retratada en gran cantidad de fotos junto a los niños que traía al mundo en Europa. Y de ella se guardan relatos muy ricos, como el hecho de haber traído a esta zona, técnicas de parto que hasta entonces no se conocían aquí. Su bisnieta cuenta que María ayudó a parir a mujeres indígenas en su innovadora silla de partos, puesto que se negaban rotundamente a ser atadas por los tobillos durante los nacimientos de sus hijos, hecho que –relatan– era frecuente en estas latitudes hacia principios de siglo.
La abuela Ana estudió taquigrafía y dactilografía, pero en la Argentina acompañó a su marido en la tarea de hacer una chacra. Una de las hijas de María, Zorka, también tuvo sus empleos. Cuando llegó a la Argentina fue dama de compañía de una familia aristocrática de Buenos Aires, pero el destino le torció el rumbo y volvió a la tierra en tiempos en que criaba a sus hijos. Pasó por la chacra de su padre, acompañó a su primer marido como encargado de dos establecimientos, fue clasificadora en un galpón de empaque y socia, con su segundo marido, en un secadero de frutas en el que hicieron una empresa familiar y en el cual trabajaban mayoritariamente mujeres. (SY)

 

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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