Durante el mes de marzo, última estadística oficial dada a conocer esta semana por la Cámara Argentina de la Industria de la Carne (CICCRA), los indicado-res ganaderos profundizaron su tendencia negativa.
Pese a ello, el gobierno insiste con su política intervencionista que terminó por distorsionar los números de toda la cadena de producción y comercialización de la actividad. En un año electoral, no hay que esperar grandes cambios. Es decir, se mantendrá el esquema oficial de subsidiar el consumo interno con las potenciales utilidades generadas por el sector productor.
Pero el problema está en que el sector ganadero primario ya no tiene margen de utilidades y es por ello que en la actividad se continúa con la liquidación de vientres, complicándose aún más el escenario de mediano plazo de todo el comercio cárnico.
Mayor nivel de faena –con alto crecimiento de vientres–, sensible caída de las exportaciones, menos producción global de carne y techo a los precios en el mercado interno, son algunos de los indicadores que muestran el mal momento por el que está pasando la actividad y la peligrosa tendencia que muestran las estadísticas oficiales.
El sector ganadero continúa liquidando vientres para dar paso así en sus campos a la agricultura. Datos oficiales muestran que el consumo interno de carne es el único segmento de la actividad que continúa creciendo, generado esto en la intervención del mercado (ver aparte).
La contracara de esta situación esta dada en las exportaciones, segmento que muestra caídas records. En este primer trimestre del año las ventas externas de carne mermaron algo más del 37% respecto de los guarismos consolidados para este mismo período del año anterior.
Esta misma tendencia se observa en los niveles de producción, pese a que la faena en el período mencionado creció más del 3%. Este escenario pone de manifiesto que el peso promedio de la faena disminuyó producto, en parte, de la mayor cantidad de hembras destinadas al mercado.

PRODUCCION Y FAENA

Las estadísticas dadas a conocer por la CICCRA detallan que en marzo se faenó un total de 1.109.418 cabezas de ganado vacuno, cifra que resultó 0,4% inferior a la de igual mes del año anterior.
En el primer trimestre del año, los frigoríficos vacunos registraron una faena de 3,37 millones de cabezas. En comparación con el primer trimestre del 2006, la matanza fue 3,4% superior.
Este dinamismo se explicó por un crecimiento de 33,4% en la faena de hembras y un incremento de apenas 4,4% en la faena de machos.
En términos absolutos, se destinaron al mercado 368.131 cabezas más de hembras y sólo 75.419 cabezas más de machos entre los períodos considerados.
Del lado de las hembras, las estadísticas muestran que el crecimiento se explicó principalmente por las terneras (con una variación positiva de 212.626 cabezas) y en menor medida por las vaquillonas y las vacas (93.071 y 62.434 cabezas, respectivamente). La faena de novillos registró un retroceso de 13.244 cabezas entre los trimestres en cuestión.
En línea con lo destacado en trabajos anteriores plasmados en este mismo suplemento, durante el tercer mes del año continuó el proceso de liquidación de vientres.
Sin embargo, los datos oficiales muestran que su intensidad declinó. En marzo la participación de las hembras en la faena total fue de 44,3%, guarismo que se ubicó por encima del nivel crítico. Pero, y a diferencia de lo observado en los meses anteriores, no marcó un record para el mes desde 1990 hasta el presente.
Al considerarse los datos en forma trimestral, continúa destacando el informe de CICCRA, durante el primer cuarto del año la participación de las hembras se ubicó en 45,3% y se constituyó en el segundo trimestre consecutivo con liquidación de vientres (en el último cuarto del 2006 la participación fue de 45,8%).
En marzo la producción de carne fue de 242.000 toneladas de res con hueso, lo que marcó un retroceso de 6% en comparación con igual mes del 2006. La faena total se mantuvo casi estable (-0,4%), pero el peso promedio de la res faenada descendió 5,6%, hasta quedar en un nivel de 218 kilogramos en gancho.
En el primer trimestre del año la producción total fue de 739.000 toneladas de res con hueso. A partir de marzo el menor peso promedio ya no fue compensado por la mayor faena, con lo cual la producción de carne pasó a acumular una disminución de 0,4% en relación al primer trimestre del 2006.
Hay que tener en cuenta que desde finales del 2006 se autorizó la faena de animales más livianos, ampliándose en forma sensible la participación de los animales más jóvenes en la faena total.

FUTURO INCIERTO

En la medida en que el gobierno insista con su política intervencionista, que sólo apunta a transferir recursos del sector ganadero al consumidor, el campo continuará con su proceso de liquidación de vientres.
Para muchos analistas, el sistema ya ingresó en una espiral negativa determinada por la mayor faena, menor producción y mayor presión sobre los precios en la góndola. Este escenario sólo podrá revertirse con el sinceramiento del mercado.
Más intervención, como pretende Moreno, es “pan para hoy y hambre para mañana”.
La ganadería más que nunca necesita hoy una señal del gobierno para saber si sigue liquidando vientres –es decir saliendo de la producción de carnes para pasarse a los granos– o comienza el proceso de reconstrucción de todo el sistema.
Según distintos especialistas, de optar el productor por la primera alternativa, la Argentina, ante la falta de oferta, comenzaría a importar carne antes del 2010.
J.L.

Caen exportaciones

En el primer trimestre del año las exportaciones de carne vacuna alcanzaron un nivel de 94.390 toneladas peso producto (tn pp). Así lo confirma el estudio elaborado por la CICCRA en el que se destaca que este volumen resultó 25,2% inferior al registrado en enero-marzo del 2006, período en el cual las ventas al exterior no estaban cuotificadas (97,2 miles de toneladas de res con hueso; una caída del 37,3%).
El fuerte crecimiento de las exportaciones de menudencias y vísceras (24,2% entre los períodos analizados; se ubicaron en 32.329 tn pp) contribuyó a morigerar el descenso de las ventas totales. Un mínimo aporte también lo hicieron los embarques de cortes Hilton, que experimentaron un alza de 4,8% interanual (8.488 tn pp), producto de los pequeños cambios que pueden generarse año a año en el ritmo de cumplimiento de la cuota.
Por su parte, las exportaciones de cortes congelados y frescos extra-Hilton registraron una caída del 43,5% a raíz de las restricciones vigentes. En total se embarcaron 45.923 tn pp en el primer trimestre del 2007, volumen que en igual lapso del 2006 había llegado a 81.236 tn pp (-35.313 tn pp). En el primer trimestre del 2006 estos cortes habían representado 64,3% del total exportado, y en lo que transcurrió del 2007 explicaron menos de la mitad de las exportaciones (48,7%).
El informe continúa señalando que las exportaciones de carnes procesadas también experimentaron una notable retracción. En el primer trimestre del 2006 se habían colocado 10.885 tn pp y en enero-marzo del presente año se exportaron 7.650 tn pp, lo que implicó una caída de 29,7% (-3.235 tn pp).
En el período analizado la facturación total ascendió a 279,2 millones de dólares FOB. Es decir, 15% menos que en igual lapso del 2006. El aumento del precio promedio de exportación compensó parcialmente la fuerte retracción de los volúmenes vendidos. Los cortes Hilton explicaron 28,9% de los ingresos totales, es decir 9 puntos porcentuales más que en enero-marzo del 2006. Asimismo las menudencias y vísceras casi duplicaron su aporte a los ingresos totales, al pasar de 7,3% a 13,0% entre los períodos considerados.

Venta interna toca máximos

Los mecanismos de subsidios al consumo, aplicados por el gobierno nacional, muestran que la demanda de carne continúa creciendo en forma inelástica con precios sostenidos únicamente a fuerza de controles.
Frente a este escenario de “carne barata” la demanda no especula y continúa presionando sobre el mercado.
Las estadísticas oficiales muestran que el consumo local alcanzó en este primer trimestre del año los 63,6 kilos/año por habitante, un valor record desde el 2002 (ver gráfico adjunto).
El estudio de CICCRA destaca que en el primer trimestre del 2007 el abastecimiento del mercado interno se vio facilitado por dos factores. En primer lugar, la producción de carne se mantuvo casi en el mismo nivel del primer trimestre del 2006 (-0,4%). La mayor faena, basada en crecientes ventas de hembras (vaquillonas y terneras), casi compensó el menor peso de los animales sacrificados. En segundo lugar, las exportaciones de cortes frescos y congelados extra-Hilton se cuotificaron en un nivel inferior al registrado durante el primer cuarto del año pasado.
En enero-marzo del 2007 el consumo interno absorbió un total de 641,3 miles de toneladas de res con hueso, es decir 9,3% más que en el primer trimestre del 2006. Este nivel de consumo interno se constituyó en el registro más alto para el período analizado desde el 2000 hasta el presente.
Por su parte, el consumo por habitante se ubicó en 63,6 kilogramos anuales en marzo del 2007 y quedó 3,7% por encima del nivel observado en marzo del 2006 (tomando los promedios móviles de los últimos doce meses).
Como se puede deducir de lo expuesto, el sostenimiento de un mayor consumo interno está basado en factores transitorios. Porque si continúa el proceso de liquidación de hembras y se consolida la mayor faena de animales livianos, en los próximos trimestres irá disminuyendo la producción de carne vacuna y volverá a surgir la tensión entre exportación y consumo interno.
Pero esta vez, y como producto de las restricciones que ya operan en materia de exportación, la tensión se dará con menor producción total.
Es decir, la cuotificación de las exportaciones generó un resultado positivo en términos de consumo interno sólo a corto plazo, en tanto que a mediano plazo impactará negativamente.
En la medida en que el gobierno nacional no contemple este diagnóstico, el consumo interno en el mediano plazo sólo se podrá sostener con una mayor restricción a las exportaciones.