CIPOLLETTI (AC).- El proyecto es ambicioso y no cabe ninguna duda. Con sólo atravesar el portón de ingreso al establecimiento "Don Antonio", la aridez de las bardas comienza a mostrar otra faceta.
A fuerza de agua, como en los comienzos del Valle, cientos de álamos recientemente plantados soportan el viento que sopla con fuerza y levanta un polvo que agrisa el paisaje.
En medio, 20 galpones totalmente automatizados son destinados a la cría y engorde de unos 400.000 pollos cada 48 días.
"El proyecto a futuro es integrar las actividades forestales, avícolas, ganaderas e industriales", asegura Roberto Maionchi, mientras muestra detalladamente el emprendimiento que, hasta el momento, tuvo una inversión de 6 millones de dólares "brindados por una entidad crediticia privada", aclaró.
Durante la recorrida por el establecimiento, explicó que la idea surgió por la necesidad de crecimiento de la empresa. "Como en la zona frutícola del Valle no podemos construir más granjas, decidimos iniciar el proyecto en este sector donde no había nada". Además, "soy una persona a la que le gusta hacer. Lo que ganamos y no ganamos lo seguimos invirtiendo", ejemplificó. Los primeros trabajos se iniciaron en mayo del año pasado y ya se obtuvieron dos cosechas de pollos. En cuanto a la forestación, se plantaron unas 90 hectáreas.
Uno de los componentes más costoso en dinero, esfuerzo y tecnología fue el agua. "Es un elemento muy caro, porque tuvimos que hacer toda la instalación para poder bombear el líquido desde el canal. También tuvimos que realizar todo el tendido de líneas eléctricas". Mientras mostraba y explicaba con detalle los avances logrados, aseguró que el proyecto a futuro "es muy ambicioso". Y aclaró que quizá no lo termine él, ni sus hijos. "Tal vez mis nietos. La idea es poner más granjas y forestar la mayor cantidad de hectáreas posibles. Después, utilizar la madera de los árboles para hacer laminados. Pero se detuvo para eso todavía faltan al menos 12 años", explicó.
Pollolin es la única empresa de su tipo en la Patagonia y produce el 2% del total nacional. Además de comercializar la carne de los pollos (enteros, trozados o semi industrializados), produce harina de plumas que es vendida en el mercado internacional. "Chile es el mayor consumidor de este tipo de producto. Es utilizado para la alimentación de salmones", explicó Maionchi. Aseveró que desde hace dos años, el 8% de todo lo producido en la firma es comercializado en el mercado externo. El resto se vende en la Patagonia, desde Bahía Blanca hasta Ushuaia.
Hoy, en el predio que ocupa unas 4.000 hectáreas sobre la meseta, hay máquinas trabajando para seguir con la plantación de los álamos. "Pensamos que los residuos de la madera los vamos a tener que utilizar para calefaccionar los galpones, porque no sólo hay poco gas sino que cada vez se encarece más. La viruta servirá para la cama de los pollos porque la cáscara de girasol, que es la que actualmente utilizamos, ya casi no se consigue", proyectó.