Todo parece indicar que la actividad ganadera argentina ingresó en un punto de inflexión crítico del cual será difícil salir de no existir señales claras para incentivar la producción de carne.
La preocupación está en la velocidad que muestra el crecimiento de la faena de hembras, un dato clave para proyectar el futuro del sector.
El cierre de las estadísticas de febrero muestran que durante el mes se faenó en todo el país 7% más de machos y 31% de hembras respecto del mismo período del año anterior. Desde noviem-bre del año pasado, momento en que comenzara a manifestarse la liquidación de vientres, hasta febrero de este año, se faenaron 500.000 hembras más que el año pasado de las cuales algo más de 420.000 animales corresponden a vaquillonas y terneras.
En toda actividad ganadera la evolución de hembras dentro del rodeo muestran la tendencia de mediano y largo plazo que presentará la oferta de carne en el mercado. Si existe retención de vientres, más terneros se proyectan a futuro. Si se liquidan vientres, la situación es totalmente inversa. Las estadísticas confirman que este último es el escenario que se observa en el campo argentino.
"La soja sigue presionando. Los números dicen todo. En un campo mixto hoy la soja cuadruplica la rentabilidad por hectárea que puede llegar a dar la hacienda. ¿Quién se puede quedar en la ganadería con esta ecuación?", señala un productor de la zona de Carmen de Patagones que, hasta hace unos meses, mantenía firme su stock ganadero y que ahora comenzó con la liquidación de vientres para dar paso en sus campos a la producción de soja.
Está claro que el sector agropecuario argentino está buscando una nueva matriz productiva consecuencia, por un lado, de los tentadores precios que se observan en el mercado externo sobre determinados commodities y, por el otro, por las regulaciones internas con las que presiona el gobierno sobre productos sensibles a la canasta básica. Conclusión: el productor está dejando hoy la ganadería reorientando sus campos al mercado de granos. La creciente tasa de liquidación de vientres que presenta el sistema es el principal argumento que avala esta definición.
En la medida en que el gobierno nacional siga presionando sobre el sector ganadero, transfiriendo la presunta rentabilidad de la actividad para sostener con un "precio político" la carne, la migración del productor hacia la agricultura se intensificará potenciando los problemas existentes hoy en la góndola.
MAYOR FAENA
La actividad frigorífica vacuna cerró el primer bimestre del año con una faena total de 2,2 millones de cabezas. La cifra muestra un crecimiento del orden del 3,5% en comparación con el mismo período del año pasado.
La participación de hembras en el nivel de faena fue clave para sostener este crecimiento en la oferta.
Así lo confirma un reciente informe elaborado por la Cámara de la Industria del sector ganadero (CICCRA) que señala que las estadísticas oficiales ratificaron que, en los primeros meses del año, continuó el proceso de liquidación de vientres que se inició en el último trimestre del 2006.
En el primer bimestre del año la participación de las hembras quedó en 45,8%, cuando en igual período del año pasado era de 40,7%. En enero-febrero del 2007 la producción total de carne fue de 487.000 toneladas de res con hueso. En contraste con lo observado a comienzos del 2006, resultó 0,7% superior. La mayor cantidad de animales faenados compensó la disminución del peso promedio.
CONSUMO INTERNO
El sostenimiento de la producción de carne, a partir de una faena basada en crecientes ventas de hembras (vaquillonas y terneras) y de animales livianos, y la cuotificación de las exportaciones de carne vacuna facilitaron el abastecimiento del mercado interno en los primeros meses de este año. En enero-febrero del 2007 el mercado interno absorbió un total de 424.500 toneladas de res con hueso, es decir 8,8% más que en el
primer bimestre del 2006. Este volumen, destaca el estudio, se constituyó en el registro más alto para el período analizado desde el 2000 hasta el presente.
El consumo interno por habitante se ubicó en 63,1 kilogramos anuales en febrero del 2007, cifra que muestra un crecimiento del 3% respecto de febrero del 2006 (tomando los promedios móviles de los últimos doce meses).
Este aumento en el consumo interno se da hoy por una coyuntura especial: menores niveles de exportaciones y mayor oferta disponible, basada esta última en el aumento en la faena de hembras.
Las proyecciones realizadas por la industria detallan que, de mantenerse este escenario en el tiempo, las exportaciones tenderán a decrecer en forma progresiva para poder sostener la oferta en el mercado interno y, de esta manera, controlar los precios internos para que no afecten los índices de precios de la canasta de alimentos.
En la medida en que continúe la liquidación de vientres en el sector ganadero, el único segmento que podrá sostener el consumo interno será la oferta que hoy se destina al mercado externo, ya que la producción global de carne en el mediano plazo tenderá a disminuir. De esta manera se ingresará en una "espiral" negativa de producción que terminará afectando a todo el sistema de la industria. Llegado este momento, el país deberá comenzar a importar carne vacuna para poder sostener los precios internos al consumidor sugeridos por el gobierno. Algunos hablan de que este escenario se presentará antes del 2010. Todo un retroceso para el país. (J.L.)