Amante de los deportes y principalmente del fútbol, Enrique Grisanti es parte viva de la historia más gloriosa de la institución: cuando el "Albinegro" llegó a la máxima categoría y se codeó con River, Boca, San Lorenzo, Racing, Colón, Estudiantes de La Plata, Instituto y muchos otros grandes más.
Enrique es y será recordado como uno de los presidentes más respetados de la institución, a pesar de sólo haber estado una gestión al frente del club, a diferencia de otros dirigentes que pretenden y han pretendido enquistarse en el poder. Fue entre 1968 y 1976, precisamente cuando el "Albinegro" tuvo su despegue definitivo a nivel nacional, no sólo en el fútbol sino también en otros deportes como pelota a paleta.
Después de haberle pegado en el palo al salto, llegó aquella final histórica del 19 de agosto de 1973 con All Boys de La Pampa. Empataron 0-0 y el "Albinegro" consiguió el ansiado ascenso por los penales. Esa tarde gloriosa, Julio Felipe Luna atajó dos y después convirtieron Raúl Forti, Norberto Rubén Espada, "Tito" Corradini y Omar Perales.
Fue el inicio de una rica historia que hoy está tratando de revivir.
Grisanti, junto a la comisión directiva, se embarcó en el proyecto de reforzar el plantel, pero sin hacer "locuras". Era una época dulce para la economía regional, pero no se quería abusar. Sobre la base de Luna, Della Ceca, el "Turco" Yannani, "Chochó" Flores, Perales y Néstor Michelini, se contrató a Félix Villalba, Marcelo Urtiaga, Jorge Ballejos, el 'Patón" Raschia y el uruguayo Gilberto Sandalio y "El Negro" Machado Gómez, que venía de jugar en Deportivo Morón.
Con los años, algunos de ellos se adhirieron a la historia de la institución y de la ciudad.
Pero no sólo se contrataron jugadores. Para semejante aventura de jugar con los equipos más grandes del país hacía falta una cancha con más capacidad y para el primer partido con San Martín de Mendoza (al que le ganó 3-1 el 9 de octubre de ese mismo año) se inauguró la tribuna popular de cemento con una capacidad para unas 5.500 personas.
Era el momento de disfrutar y los cipoleños lo hicieron a lo grande. Cada presentación del "Albinegro" fue una verdadera fiesta, como aquel recordado partido con Newell's en el que el estadio estaba totalmente colmado. Fue el bautismo de Cipolletti en el fútbol grande. Por cuestiones del deporte, le tocó descender, pero después volvió.
Es que el club ya estaba entre los mejores del país, no sólo en fútbol, sino también en otros deportes como la pelota a paleta que, en ese mismo 1973, consagró a sus primeros campeones nacionales: Rodolfo Dante, Néstor Sandi y Gustavo Caballero.
Durante esa época además se le dio mucha trascendencia a bochas, tenis, natación, básquet, patín artístico y jockey.
Fue la "época dorada" del club Cipolletti y allí estuvo Enrique Grisanti, comandando un barco que hoy sigue navegando, buscando nuevos horizontes.