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Sábado 07 de Abril de 2007
 
 
 
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  HISTORIA DE VIDA
  Los Grisanti: tres generaciones de fruticultores

Enrique Grisanti (padre) llegó de Italia a este país en 1904 y se instaló en Bahía Blanca.La familia inició su escala en el Valle en 1935 para ampliar la exportación de frutas.Enrique Grisanti (hijo) se hizo cargo de Tres Ases en 1956.

 
 

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Enrique Grisanti es un hombre de pocas palabras. Hasta se podría pensar que es un tanto hosco. De a poco va desgranando una historia familiar siempre relacionada con los productos de la tierra. Ya sea desde la comercialización, el empaque o la producción. Hoy ya mira, con cierta tranquilidad, estos tres ejes de manera integrada.

Si no se supiera que nació en 1925, casi nadie sería capaz de reconocerle sus casi 82 años. Tampoco que pasó 64 de estos años al frente de la empresa familiar que creó su padre y que en 1943 pasó a conformarse como la hoy reconocida Tres Ases SA.

Por esas cosas de la vida, aunque fue el quinto hijo, el cuarto varón, recibió el mismo nombre de su progenitor.

Enrique Grisanti (padre) nació en 1886 en Fermo, ciudad ubicada en el centro de Italia y bañada por el Adriático. De allí emigró escapando de la crisis y de la pobreza en la que se encontraba Europa. Partió con la expectativa de otros tantos inmigrantes: hacer la América en una Argentina casi despoblada. Llegó a Bahía Blanca en 1904 con tan sólo 18 años, la misma edad que luego tendría su hijo cuando se hizo cargo de la empresa que él creó.

"Se instaló en el mercado en la venta de frutas y verduras como era de su conocimiento", relató Enrique (h). En Fermo, la familia de su padre también estaba relacionada con la fruticultura.

En 1912 se casó con Ana Campagnusi y tuvo cinco hijos. Guido Rafael en el '13, Segundo Pedro en el '15, María en el '19, Domingo en el '20 y finalmente Enrique en el '25. "En la actualidad el único que está vivo soy yo", explicó su hijo, recorriendo con lentitud el retrato familiar en medio de las nostálgicas repartidas sobre su escritorio. En 1933, los hijos mayores comenzaron a colaborar con su padre en el mercado y en 1935 iniciaron su escala en el Valle. El objetivo era ampliar la comercialización en una zona donde crecía de manera exponencial la exportación de frutas.

Después de la uva cuyana que en un 75% era vendida a Estados Unidos, le seguían la pera y la manzana procedentes de Río Negro. Se exportaba fundamentalmente a Brasil y a Suiza.

Los Grisanti primero hicieron base en la isla de Choele Choel, luego en la localidad de Ingeniero Huergo y posteriormente en Cipolletti a donde llegaron Segundo y Domingo. En 1939 vieron la posibilidad de ampliar la empresa y el primero de ellos viajó a Buenos Aires con este objetivo.

"Domingo comienza a atender Entre Ríos y Cipolletti y yo Misiones y Río Colorado. En el '43, cuando mi padre se retira, me deja a cargo del puesto de frutas de Bahía Blanca, teniendo 18 años", relató Enrique recordando el tiempo en que apenas era un adolescente.

Ese mismo año también se produjeron otros cambios. "Guido deja la firma para fundar Moño Azul junto a Antonio Pirri y Manuel Enríquez" y la empresa de la familia Grisanti pasa a denominarse Tres Ases, según la cronología que realizó Enrique.

 

LA TERCERA GENERACION

 

Enrique Grisanti (h) se hace cargo de la firma en Cipolletti en 1956, cuando fallece Domingo.

A fines de ese año contrae matrimonio con Dorita (Dora Celia Martínez) con la que tiene tres hijos: Enrique Oscar, Sergio Gustavo y Gabriel Mario.

Pero todavía faltarían algunos años para que él y su descendencia quedaran como únicos herederos de Tres Ases. Fue en 1991, cuando los hijos de Segundo, Aroldo y Susana, le vendieron a Enrique la parte que les había legado su padre en 1978.

Entre otros muchos antecedentes, la empresa sumó un dato destacado para la región. En 1969, los Grisanti decidieron adquirir el buque frigorífico "Cipolletti" para el transporte de frutas hacia Brasil y Europa. "Fue la primera y única empresa en el Valle que tuvo un barco", destacó Enrique y aclaró que la decisión "fue arriesgada, tanto que, algunos años más tarde lo tuvimos que vender".

En el 2004 y con 70 años, Enrique decidió iniciar su retiro de la actividad. La continuidad, sin embargo, estaba asegurada. Sus tres hijos la tercera generación están al mando de la firma que sigue conservando el sello de "empresa familiar" que le dio inicio. Actualmente, en las tres plantas de empaque que posee Tres Ases se procesan anualmente 2,7 millones de cajas de fruta. La mitad de la materia prima es producida en chacras propias y el resto por los productores que entregan la fruta a la empresa. Enrique Grisanti también tiene cinco nietos, pero esta vez las mujeres predominaron. Stéfano es el único varón de la cuarta generación. Están además, Dani, Mariana, Mica y Romi.

La entrevista está por terminar pero aún queda una pregunta obligada: cuáles son aquellos recuerdos que marcaron su vida y su trayectoria.

Grisanti sonríe y lo piensa. No se anima a destacar uno en particular. Hay un silencio... "A la fruticultura la llevo muy adentro. Estoy agradecido de estar acá, al frente, después de tantos años", dijo y recordó al Cipolletti del '56 cuando él se hizo cargo de la empresa en esta ciudad.

"Entonces éramos una gran familia. Ahora ya casi no nos conocemos. Tengo y he tenido muchos amigos, no los quiero nombrar porque temo olvidarme de alguno". También sumó un dato para dar un ejemplo del crecimiento de la ciudad y de Tres Ases. "En el '56 trabajábamos 40.000 cajones y hoy estamos pasando los 2 millones".

De pronto recuerda algo... algo importante para él. "Entre 1968 y 1976 fui presidente del Club Cipolletti. Lo principal que hicimos fue clasificar el equipo de fútbol para el nacional. También me acuerdo cuando jugábamos contra Roca y llenábamos la cancha", dijo.

Lo que dice Enrique, desde su experiencia, lo ratifican los números de la época y los censos marcaron claramente la tendencia de crecimiento de la ciudad. En 1950 había 12.100 habitantes, pasando a 31.057 en 1970. En la actualidad supera los 90.000.

La base de su negocio se estableció a fines de los '50 con el fortalecimiento de la producción y comercialización de frutas. Una década después se terminó de consolidar.

 

MARIA LUJAN VENIER

cipolletti@rionegro.com.ar

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
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