La caída del ingreso de hacienda en el Mercado de Liniers comenzó a afectar los cimientos de este tradicional centro de ventas del sector ganadero.
Durante este mes ingresaron para remate algo más de 42.000 cabezas de ganado. La cifra muestra una caída del 70% respecto del promedio alcanzado durante todo el 2006.
Esto es a consecuencia de la ofensiva del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para controlar los precios de la carne en las góndolas. El mecanismo utilizado: poner precios máximos de venta sobre la hacienda en el mercado referente de la actividad ganadera. La respuesta a esta medida: los productores dejan de llevar su hacienda a Liniers y la comercializan tranqueras adentro de sus campos vía operadores independientes o directamente a los supermercados con los precios que fija la plaza, no los que intenta imponer Moreno.
La diferencia de precio entre las listas oficiales que circulan en el Mercado de Liniers y lo que recibe el productor por la venta de su ganado por otra vía alternativa se ubica por encima del 20%, es decir, un porcentaje que define las utilidades que puede obtener un ganadero al finalizar su ciclo productivo con la venta de su hacienda.
"El mercado está quedándose sin hacienda y aquí trabajan en forma directa e indirecta más de 800 personas", confió uno de los operadores del recinto. Las quejas ya llegaron al escritorio de Moreno y esta semana el funcionario comenzó las presiones para que los supermercados vuelvan a comprar en Liniers.