La semana pasada ingresaron en el mercado chileno las primeras 60 toneladas de manzanas procedentes de Shandong, China. Pero, en realidad, más allá de la sorpresa por la importación desde tan lejos de un producto que los chilenos exportan, las pomáceas chinas no son la única fruta que ingresa en el país: banana, mangos y cítricos son sólo algunos de los "extranjeros" agrícolas que se pueden adquirir en los supermercados. Qué tan bien les va, depende del producto, porque en varios casos deben competir con sus pares chilenos.
"El negocio de las frutas importadas es de un volumen pequeño y de un margen chico, debido al alto costo de los países que nos abastecen, el elevado valor de los fletes y lo reducido de nuestro mercado", apuntó Gonzalo Fuenzalida, gerente de Comercio Exterior de Dole Thomsen, en diálogo con un periódico trasandino.
Los productos que mejor destino tienen en el vecino país son los que ofrecen al consumidor el sabor tropical que Chile no produce.
En el caso del banano, durante el 2006 se internaron más de 150.000 toneladas por 35 millones de dólares.
También las piñas, a medida que su precio ha bajado y han llegado variedades más dulces, van ganando espacio. "Hace cinco años se importaba un contenedor al mes; ahora traemos alrededor de doce", asegura Gonzalo Fuenzalida. En el 2006 llegaron al país más de 9.000 toneladas (3,5 millones de dólares).
La necesidad de ofrecer durante todo el año un producto en las góndolas impulsa a los supermercados chilenos a vender también frutas extranjeras como naranjas en verano y uvas en invierno, traídas desde Estados Unidos. "La idea es satisfacer la demanda de un nicho de mercado dispuesto a pagar precios altos por frutas frescas fuera de estación, el que es principalmente ABC1", afirma Roberto Green, gerente de área de Cencosud.
Juan Carlos Munita, comprador de frutas y verduras para la cadena Líder, desliza que "más que nada, se trata de fidelizar a la clientela".
Habrá que ver si las manzanas chinas consiguen conquistar espacios en el mercado latinoamericano, aunque su pelea será más dura que la de los productos tropicales y la de los cítricos americanos. (Fuente: "El Mercurio")