La Región de los Lagos aparece como destino turístico casi con el nacimiento del siglo, muchas décadas antes que la costa norte del mar patagónico. Pese a las dificultades en el acceso a la cordillera puesto que el ferrocarril hasta 1934 terminaba a 150 kilómetros de Bariloche, este punto fue un imán para espíritus aventureros que llegaban al lugar por esa vía o en automóvil desde Neuquén capital y alrededores. En 1924, esta localidad ya tenía 20 años de vida y contaba con unos 1.500 habitantes. El material predominante para la construcción era la madera, con excepción del Banco de la Nación Argentina que era de material. Para esta fecha existían numerosas casas de comercio y hoteles, todas con iluminación eléctrica, al igual que el alumbrado público, provistos por la usina de Benito Book a la Comisión de Fomento local. Los turistas que llegaban a la región ya podían efectuar excursiones por el lago y llegar hasta Puerto Blest. El servicio lo prestaban Primo Capraro, el señor R. Roth (agente de Lahusen y Cía.) y en la lancha de la gobernación del Neuquén. Todas las embarcaciones llegaban al muelle de Bariloche. Primo Capraro tenía múltiples emprendimientos en la zona y era entonces el presidente de la Comisión de Fomento. El vecino R. Roth manejaba la Empresa Andina del Sud, mediante la cual organizaba viajes desde Bariloche a Chile, de Buenos Aires hasta el Nahuel Huapi y de Neuquén a Bariloche. Sus servicios constaban de transportes terrestre, acuático para unir distintos puntos entre Buenos Aires, Bariloche y Santiago de Chile, y contaba con hoteles para sus pasajeros. Otras excursiones acercaban al turista hasta el Parque Nacional, entonces regenteado por el ingeniero Emilio Frey, también encargado de la Oficina de Tierras y Colonias. Bariloche ya contaba con dos escuelas (la Nº 16 y una escuela alemana), hospital público, dos sucursales de bancos (Nación e Hipotecario) y dos agencias de pasajes: "El Sud" de Belarmino García y "La Veloz" de José de García. Cuentan que el primer viaje a la localidad lo efectuó en 1913 el ex gobernador de Neuquén Eduardo Elordi, quien luego de efectuar el trayecto Neuquén-Bariloche en un Mercedes solicitó a las autoridades nacionales un nuevo trazado del camino y transporte regular para unir estas distancias. Elordi tuvo éxito en su gestión gracias a un amante de la región lacustre, el director general de Territorios, Dr. Ruiz Moreno. El camino se mejoró y en 1914 se inauguró el servicio oficial de transporte, empresa conducida por el vecino Amaranto Suárez, propietario entonces de la empresa "El Veloz". También se unió a este emprendimiento don José Rodríguez, de hecho la primera empresa privada que llegó a Bariloche. "En 1915 afirma la Guía Edelman la Gobernación aumentó el servicio con cuatro automóviles marca 'Mercedes' y la corriente de turismo fue intensificándose día a día". En octubre del mismo año se formó la empresa particular "La Veloz" de Barred A. Jones (la anteriormente recordada, de nombre "La Primitiva", dejó el servicio al poco tiempo de su iniciación). Jones era un acaudalado estanciero de Nahuel Huapi que se asoció para prestar el servicio a Amaranto Suárez. "Liquidada la sociedad comercial, el 23 de mayo de 1918, se hizo cargo de 'La Veloz' el segundo de los nombrados. Actualmente (1924) la empresa transporta anualmente de 1.100 a 1.200 pasajeros...". En 1922 apareció otra empresa, "El Sud", a la cual nos referimos párrafos antes. En 1923 ambas empresas cobraban 100 pesos el pasaje de Neuquén a Bariloche El servicio oficial funcionó hasta 1921. (SY) |