Franco Dalla Pria es un hombre sonriente y activo. Un hombre que ha sabido capitalizar todas sus experiencias y encauzar sus deseos. Si alguien le pregunta qué sueño le queda por concretar, asegura que ninguno. Pero si lo piensa dos veces, dice que regresar a Etiopía. "En Africa vivíamos muy bien, en paz con todo el mundo. Si bien era una colonia de italianos, había gente de muchas nacionalidades. Con los chicos del lugar nos entendíamos en el idioma local. En la escuela no, hablábamos en italiano...". Hace unos años, Franco estuvo en Egipto y recordó el idioma que había aprendido durante su infancia, el amárico. La historia antigua de Etiopía estuvo muy relacionada con la de Egipto debido a su cercanía geográfica. Esta relación quedó plasmada en textos egipcios, en donde se llamaba a su pobladores etíopes "abasta", de donde provendría el nombre de Abisinia con el que se conocía a este país. Etiopía sufrió sucesivas olas de conquistas. A fines del siglo XIX, los italianos iniciaron su expansión, frenada por el emperador Menelik II. En 1906, Francia, Reino Unido e Italia aprovechando la enfermedad terminal de ese emperador firmaron un acuerdo por el que se dividían a esa nación en tres zonas. Pero Italia invadió Etiopía en 1935 y ocupó gran parte del país hasta 1941, año en que se produjo la liberación por parte de tropas anglofrancesas. "Fue una pena dejar ese país como lo dejamos. A mi madre y a mí nos repatriaron a Italia y papá estuvo en un campo de concentración cinco años. Durante un año largo no supimos nada de él. Pero en un momento llegaron noticias. Supimos que estaba prisionero en Kenia. Luego siguieron años de cartas. Hasta 1947, año en que lo liberaron. Volvió por el puerto de Génova. Y un buen día llegó a casa en bicicleta...", recuerda. Franco tiene gran cantidad de recuerdos de Etiopía y, entre tantos, se cuelan sus bosques de eucaliptus, sus paisajes abiertos, la inmensidad. Sensaciones que recuperó en la Patagonia y que cree que adoptó por cierta semejanza que encontró entre estas latitudes con algunos paisajes de su infancia africana. Emociones que revivió, años más tarde, piloteando aviones por este sur del mundo. "Desde pequeño me apasionaron los aviones, éste fue mi hobby, tanto que me hice ciudadano argentino para poder hacer el curso de piloto civil", afirma. |