| El aumento de costos de producción para esta temporada se ubicará, en promedio, por encima del 15% según las primeras estimaciones realizadas por el sector privado. Los datos surgen del reciente estudio denominado "Costos referenciales de producción y empaque. Temporada 2006-2007", elaborado por la Secretaría de Fruticultura de Río Negro, la UNC y el INTA. A esto hay que sumar los costos adicionales que representa para esta temporada el aumento en la mano de obra, proyectado por las empresas en torno del 12%. Si bien todos los gremios ligados al sector frutícola están exigiendo hoy aumentos por encima del 30% para los sueldos de sus trabajadores, la actividad privada espera que las cifras que se reclamen estén en concordancia con las pautas de incremento que se están dando a nivel nacional. El trabajo oficial muestra que los costos de producción para una hectárea de manzana de 38.000 kilos trabajada en el sistema de espaldera, sin contar el aumento que se viene de mano de obra, se incrementó en lo que va de la presente temporada un 12,50%. Para el caso de la pera en sistema de eje central, esta suba se ubicó en un 13,60%. Si bien las alzas en los costos ha sido importante en el segmento de la producción primaria, los aumentos del empaque fueron aún mayores. Los datos consignados por el trabajo mencionado destacan que los costos de empaque para una caja de pera con frío incorporado al mismo creció en lo que va de la temporada un 18,40%. Si a esto se le suma el aumento de los salarios previstos para el inicio de la cosecha que se avecina, este índice se ubicaría en torno del 22%. Para el caso de una manzana en caja Mark IV, con gastos de frío incluido, el incremento de costos en lo que va de la temporada es cercano al 25%, pudiendo llegar a un 30% según el arreglo al que se llegue en estos días con los trabajadores de la fruta. Independientemente de los acuerdos que se terminen por definir con los distintos gremios frutícolas, está claro que la tendencia de costos que registra hoy la actividad en su conjunto es más que preocupante. Para muchos, es un esquema que no es compatible de sostener en el corto plazo. Hoy la actividad está siendo beneficiada por dos frentes, lo que genera cierta tranquilidad en el sector. El primero de ellos es el contexto externo. Para esta temporada no se esperan 'grandes problemas' para colocar la fruta en los mercados externos. Si bien son sólo por ahora proyecciones, se sabe que Rusia salió a demandar más fruta de lo que compró el año pasado; que la cosecha de Unión Europea se presenta estabilizada, pero con problemas de calidad en algunos de sus países miembros y que Estados Unidos prevé una menor oferta de peras para este año. Todo indica que están dadas las condiciones para comenzar y terminar bien la temporada. Y esto se debería graficar en las estadísticas oficiales con mayores volúmenes de fruta exportados y precios sostenidos en destino. El otro frente que continúa beneficiando a la actividad frutícola y exportadora, en general, es la paridad cambiaria con la que cuenta el país. Pese a que los costos siguen creciendo, todavía el dólar de exportación para la fruticultura permanece competitivo. Según sectores del sector privado, con todos los costos agregados y la quita de retenciones, el 'dólar fruta' tomado desde enero del 2002 se ubica hoy en torno de los 2,40 pesos, contra los 2,76 que cobra en la actualidad un empresario por dólar de fruta exportada. Pero las tendencias positivas que se observan tanto en el plano comercial como en el cambiario no deben ser consideradas como permanentes. En algún momento las condiciones externas para la colocación de nuestras frutas pueden cambiar o los problemas en el programa económico lleven a acomodar la paridad peso/dólar a la realidad internacional que muestra hoy el mercado. Mientras tanto, la estructura de los costos internos de la fruticultura sigue creciendo y, frente a posibles cambios en el escenario comercial, difícilmente puedan estos últimos reacomodarse para equilibrar la negativa ecuación que presentará el sector en ese momento. Está claro entonces que el desafío que se le presenta al sistema frutícola en su conjunto es cómo sostener los costos en niveles compatibles con el desarrollo de la economía. Es impensable, en este caso, sostener aumentos de costos anuales alrededor del 20% promedio para una actividad como la fruticultura del Valle, contra el crecimiento, por ejemplo, de la economía a tasas del 7% o contra una inflación del orden del 10%. Nadie desacredita la demanda sobre los reclamos salariales o el pedido de los productores para que se liquide la fruta en forma correcta. Se deben buscar mecanismos que permitan sostener el conjunto del sistema. Para ello hay que terminar por entender cómo es que trabaja el mercado. Lo que se haga por fuera de este esquema, es sólo más demagogia. Un acto que en algún momento termina por ser corregido por el mercado y pagado por todos los sectores que participan en la actividad frutícola.
JAVIER LOJO jlojo@rionegro.com.ar | 
