En el historial de toda empresa exitosa hay una fórmula que alimenta su continuidad: se trata de mantener la excelencia pero sin dar la espalda a los cambios y a las transformaciones que impone el medio. Hoy, a 20 años de la muerte de Juan E. Rosauer y a tres de su esposa, Tita, sus tres hijos manifiestan su orgullo por haber continuado el camino que sus padres señalaron y por haber transmitido a sus propios hijos el mismo espíritu que ellos les legaran. Hace algunos años, la familia emprendió una importante reestructuración del emprendimiento original refundando nuevas empresas familiares e incorporando en ellas a la tercera generación Rosauer. Todos y cada uno de los descendientes de Juan E. Rosauer se mantuvieron fieles a su espíritu y a los objetivos de calidad y excelencia, manifiestos en todas las actividades que emprendieron. El vínculo de trabajo y de afecto con la empresa se extiende a gran cantidad de colaboradores que, a lo largo de los años, se relacionaron con este prestigioso vivero. |