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Sábado 16 de Septiembre de 2006
 
 
 
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  Socios en la producción y la venta
Productores de aromáticas se unen para ganar eficiencia. Es una buena alternativa a
los cultivos tradicionales.
 
 

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Nunca mejor dicho que en este caso: la unión hace la fuerza. De eso al menos dan fe un grupo de trabajadores de la tierra que, en los últimos años, ha hecho del cultivo de especies aromáticas su mejor negocio.
Tienen rasgos en común, características que los unen y tal vez por eso les vaya tan bien. La mayoría comenzó de a poco, invirtió tiempo, trabajo y dinero en un emprendimiento alternativo, novedoso en la región valletana y siguen yendo por más.
Son los productores de la Asociación de Aromáticas del Alto Valle quienes, tal como hace 4 años atrás, mantienen en vigencia su proyecto, alternativo a la agricultura tradicional, y producen y comercializan en forma conjunta.
Así lograron hacer conocer su producto dentro de la oferta local y mantienen una demanda constante. Ellos mismos encarnan la cadena productiva, intercambian cultivos, crean las máquinas que necesitan y hasta se encargan de vender lo que producen.
Hoy por hoy predomina en el cultivo total el orégano, en tierras de chacras ubicadas entre Allen y Cordero-Cinco Saltos, pero también han comenzado a producir laurel, romero, algo de estragón y está en prueba el azafrán.
Son en total más de veinte productores que poseen desde media a una o dos hectáreas plantadas cada uno, obtuvieron en la última cosecha buenos resultados y abastecen comercios, casas de comida y restaurantes de toda la región.
Pero no todo termina ahí. El tiempo les fue marcando la evolución en el negocio y, por tratarse de una nueva actividad en la zona, han tenido que usar al máximo el ingenio para producir cada vez más y con los mismos recursos.
Es así que, a fuerza de pulmón y creatividad, ellos mismos lograron “diseñar” y armar –o reformar– sus propias maquinarias para transformarlos en los equipos que necesitan para trabajar el cultivo.
Así es como una “despalilladora” necesaria para tratar el orégano luego de cosechado, surgió de una antigua moledora de uvas, y también como de la nada se fabricó una zaranda.
La asociación nació allá por el 2002, de la mano de casi una decena de productores que inició tímidamente el rumbo. Con el correr de los años, si bien aún es un cultivo incipiente, se ha ido consolidando.
“El mayor desafío en ese momento fue que era una actividad que no se realizaba en la zona; había una pequeña experiencia y hubo que adaptar conocimientos de cultivo y tecnología a la región. Ese proceso de adaptación lo tuvo que hacer el productor con algunas fallas y errores, hasta llegar a tener los conocimientos para poder llevarlo adelante”, comentó la asesora y también productora de la asociación, María Laura Berzins.
Con los resultados promisorios de varias temporadas a cuestas, se logró llegar a un manejo óptimo del cultivo que tuvo una buena adaptación al clima y el suelo de la región.
“A nivel país el cultivo de aromáticas no está muy desarrollado tampoco. Recién ahora, a partir del INTA, se están haciendo ensayos de rendimiento en distintos lugares del país. Uno lo estamos haciendo nosotros en la asociación, con cuatro variedades de orégano. Las mismas variedades se están realizando en 20 lugares distintos de todo el país para poder evaluar los rendimientos de esas variedades y eso nos va a servir a nosotros para evaluar cuáles vamos a tener nosotros en la zona”, explicó Berzins.
Benito Van Cauwerber es uno de los productores de orégano compacto en Fernández Oro. Ex almacenero, desde el último tiempo se convirtió en un verdadero experto en la materia.
“Es un cultivo muy noble. Yo empecé de la nada, antes tenía un almacén y después me compré una chacra. Estaba viendo alternativas y me enteré de esto por un curso en la Municipalidad de Fernández Oro y hace dos años que estoy. En general nos va bastante bien. No tenía idea cómo era el manejo del cultivo, lo habíamos visto en la huerta de mi casa, lo habíamos cosechado, pero no tenía idea de lo que era algo a nivel comercial”, comentó el productor.
Así es que se adentró en las reuniones con otros interesados, realizó el curso de capacitación y “enseguida empecé a plantar”.
“Estoy conforme dentro de todo, por lo escaso de recursos que estoy me ha ido bien, saqué una buena cosecha; este año creo que paso los 1.000 kilos de orégano procesado”, estimó Benito, quien posee media hectárea plantada en una chacra ubicada entre Allen y Fernández Oro.
La calidad es un factor central en la producción, por lo cual se trabaja con las mismas variedades comerciales de orégano, todos cumplen a rajatabla la misma forma de cosecha y también emplean las mismas técnicas de secado. Con esto se logra obtener “un producto de buen color, aroma, homogéneo. Hay control del uso de agroquímicos y todo eso nos permite un resultado de óptima calidad. Ahora estamos tratando de implementar buenas prácticas agrícolas y desde la asociación, que es una asociación sin fines de lucro, estamos acompañando a los productores desde las etapas productivas hasta la comercialización”, remarcó Berzins.
–¿Cómo se realiza la comercialización? –le preguntó “Río Negro Rural” a la técnica.
–Se empezó a trabajar desde este año en conjunto. Se formó un grupo de vendedores entre los mismos productores y se comercializa a granel en la región, en el Alto Valle, y estamos ubicando todo lo que producimos sin problemas. Un objetivo a largo plazo es poder fraccionar nuestro producto, desarrollar una marca. El orégano tiene una alta demanda, se importa en nuestro país de Chile y Perú y a la región estaba entrando de Mendoza.
–¿Ampliaron las variedades de aromáticas que producen?
–Ya que logramos manejar el orégano, empezamos con otras aromáticas. El laurel es un cultivo interesante, romero, algo de estragón. Estamos cultivando y también estamos haciendo ensayos con el azafrán.
–Además de buena demanda, ¿también hay buenos precios?
–En orégano, los precios en el mercado a granel van entre 5 y 6 pesos el kilo, pero es muy fluctuante a lo largo del año, a medida que nos alejamos del momento de cosecha el precio aumenta. Nosotros logramos vender a 8 pesos, controlando el proceso de venta, tratando de no perder la relación con el producto y siendo ellos mismos los que terminan comercializando para evitar los intermediarios y perder ese valor. Pero en fraccionado el precio es de alrededor de 40 pesos por kilo
–¿Es arriesgado pensar ya en esa etapa?
–El fraccionar ya es otro trabajo diferente porque hay que desarrollar marca, código de barra, marketing y una zona de distribución. No es algo fácil de encarar, es una segunda etapa, pero sabemos que mejoraría mucho la rentabilidad. (S.S.)

Puntos claves

* El cultivo: se inicia por plantines o por división de matas, porque las dos variedades comerciales producidas son híbridos. Los mismos productores ahora producen sus plantines y además los comercializan a nuevos productores. La plantación se realiza en setiembre o en marzo, los momentos de cosecha son durante el verano desde di- ciembre hasta marzo o abril y el cultivo dura aproximadamente 5 años.
* El proceso: después de cortado, el orégano se seca en camas de secado en galpones a la sombra. Luego se separan los palos y las hojas y las flores en una máquina. Las hojas y restos de flores después se pasan por una zaranda donde se saca hasta el último palito y la tierra. Después se termina de limpiar y ya está listo para comercializar.
* Ventajas: es un producto de tipo no perecedero una vez que está cosechado y secado; sufre menos plagas y enfermedades que otros cultivos; la inversión inicial es menor que en una producción en fruticultura (unos $10.000/hectárea) y no se necesitan grandes extensiones. Las helada no afecta el cultivo.
* Desventajas: aún no es una alternativa muy difundida, resta fortalecer las vías de comercialización y alcanzar el desarrollo de una marca regional de aromáticas lo cual permitirá mejorar los retornos.

Muchas ideas y pocos recursos

“Las ideas fluyen ante la falta de recursos”, sonríen los productores de la Asociación de Aromáticas. Es que ante el rápido crecimiento del cultivo y la necesidad de contar con maquinarias, los productores debieron apelar a la imaginación para conseguirlas. Una moledora de uva se convirtió en una despalilladora de orégano y también se fabricó una zaranda casi en forma casera.
“Todo se hace a pulmón, por esfuerzo de los socios. Conseguimos una moledora de uva y entre todos pusieron dinero para poder reformarla, porque las máquinas, si no, son muy caras y no se justificaba que cada productor tuviera una máquina en cada chacra para usarla una o dos veces al año”, se explicó. “Entonces entre todos se juntaron para armar esta despalilladora y una zaranda que se mandó a construir también con ideas que tomamos de otros lugares”.
Sin embargo, durante los dos primeros años esta tecnología funcionó bien para el volumen de orégano que se procesaba, que orillaba unos 1.500 kilos. Aunque ya en este año, con mayores volúmenes y más cantidad de productores, las máquinas resultan poco eficientes.
“Hoy necesitamos otras de tipo industrial, entonces por medio de la Municipalidad de Cipolletti presentamos un proyecto a Nación de encadenamientos productivos y gestionamos un subsidio para obtener maquinas de tipo industrial que, teóricamente, estarían llegando porque el proyecto fue aprobado, así es que podríamos contar con ellas a partir de próxima temporada”, mencionó Berzins.
“Creemos que con esto va a crecer mucho la asociación, en calidad y cantidad de producción”, remarcó uno de los productores de aromáticas. “Hasta ahora nos arreglamos con las máquinas que hicimos nosotros, las adaptamos, son un poco compli- cadas pero nos permitieron arrancar”, sostuvieron. (S.S.)

 

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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