| | El capítulo comunicaciones y transportes en las Colonias Agrícolas sureñas durante las primeras décadas del siglo es algo más complejo de lo que dicta la evolución tecnológica durante el tiempo que se considera. Si bien aparecen rudimentarios y primitivos sistemas, detrás de ellos había organización, estrategia y grados de dificultad acorde a su tiempo. Hacia fines del siglo XIX, cuando se inicia el poblamiento de la norpatagonia, los medios de movilidad más usados eran el caballo, los carros y las tropas de carro. Vehículos livianos como sulkys, charret, verduleras, eran utilizados por el común de la gente y por personas que prestaban un servicio como los troperos quienes atravesaban enormes distancias trasladando pasajeros y cargas. Paralelamente, la llegada del tren y del telégrafo (que aquí fueron tendidos en el mismo acto) darán lugar al "progreso" y serán los medios de comunicación esenciales durante décadas. De hecho, recién en 1906 aparece la red telefónica en el Alto Valle, al tiempo que se expande el servicio de correo postal a medida que se fundan pueblos. En el texto "Alto Valle de Río Negro", Antonio F. Rodríguez cuenta que el comerciante D. Ramón Flores instaló cuatro aparatos de teléfono en 1906 en la Colonia Agrícola General Roca: "Uno de los cuales funcionó al otro lado del Río Negro, donde aquel tenía su casa de negocios y la balsa (Paso Flores). En el año 1911 le fue concedida oficialmente a la firma Bonet & Saiz, la explotación de esa red de teléfonos para todo el Alto Valle, hasta 1930 en que fue transferida dicha concesión a la firma San Martín, Iguzquiza & Cía, que en 1942 se transformó en la actual usufructuaria Unión Telefónica de Río Negro y Neuquén SA". La Unión Telefónica contará en 1947 con 800 teléfonos en funcionamiento. Para esta fecha, sólo una minoría accederá al servicio telefónico, mientras que radios y periódicos serán otros de los pilares de las comunicaciones locales. En cuanto al transporte, durante años el eje de las comunicaciones fue el ferrocarril. Durante los primeros años del siglo la empresa inglesa estableció entre Neuquén y Chichinales un servicio denominado"El Trencito" que sumó con los años el trayecto hasta Plottier y el kilómetro 1.218. En este tiempo, había sólo dos estaciones de carga a lo largo del tendido de las vías en el Alto Valle: una en Roca y otra en Cipolletti, de modo que los chacareros se valían de sus propios transportes (sus carros) para llevar su producción hasta este punto de salida. Por lo general, éstos contaban con mulas para tirar de los carros más pesados y en menor cantidad, bueyes y caballos. A medida que la producción crecía, las chatas que trasportaban la producción se iban alargando, hasta que los primeros camiones comenzaron a asomar en esta geografía para reemplazar muy lentamente a los carros. Al promediar la década del 30 apareció un competidor del transporte público de pasajeros que monopolizaba el tren. Serían los primeros ómnibus que cubrieran el mismo trayecto. Mencionamos en estas páginas a la familia Kopprio y a la familia Polla, como pioneras en el servicio en Allen y Cipollettti respectivamente. En Roca, la primera firma local en hacerlo fue Marini, Nori y Habitante. En 1932, la familia Nori (ver Historia de Vida) inaugura la empresa de colectivos urbanos El Valle. Además de ésta, otras firmas se sumaron a la actividad: la firma Marini y Rossi explota una línea desde Cipolletti al km 1.218. Unos años más tarde, Nelo Nori se queda con dos unidades de la firma original ("El Valle") y con él inicia un servicio con nuevo nombre "La Sarita", que empezó a funcionar en 1941, cubrió Villa Regina- Neuquén. Este nombre recorrió las calles de la Colonia unos dos años y llegó hasta la balsa (Paso Córdoba) y por entonces se rebautizó "La Balsa" que inició un recorrido interurbano en Roca con cuatro o cinco unidades. |
