"Un colmenar enfermo contagia a otros colmenares y tiene una disminución en la producción, menos miel, deficiente polinización", alerta la productora María Cristina Roth, quien participó activamente al igual que otros apicultores de la provincia en la puesta en marcha de un necesario plan sanitario para el sector. Roth es la propietaria de la cabaña apícola Antünei, ubicada en el norte de la Patagonia, donde se trabaja en un costado menos difundido usualmente dentro de la actividad, la producción de material vivo: celdas reales, reinas y paquetes de abejas. "En 1994 comenzamos a trabajar como un grupo de Cambio Rural. Esto nos permitió ir avanzando técnicamente hasta llegar hoy a tener un centro de producción de material vivo, donde están sistematizados todos los procesos que nos permiten llegar a los apicultores con material de calidad", explica Roth. La Cabaña se encuentra en el Valle Medio de Río Negro, en una chacra que está a unos 5 kilómetros de Lamarque. Allí se ubica el centro de crianza, y en Pomona y Chimpay poseen los parques de fecundación de reinas. El reconocido emprendimiento está integrado por seis apicultores que viven en Luis Beltrán, Lamarque y Chimpay y, "en este momento, estamos en un proceso de integración de otros apicultores. Contamos con una técnica responsable de los procesos productivos y del seguimiento genético y sanitario", señala la apicultora. "La zona presenta condiciones aptas para la producción de material vivo. Tenemos oferta temprana y constante a lo largo del ciclo productivo de polen de alto valor biológico, que permite la producción de reinas de excelente desarrollo", agrega. ¿Cuáles fueron los comienzos? "Esas ventajas naturales, además de distintas propuestas de trabajo que llegaron al grupo, marcó el inicio en la selección de material genético y la venta de paquetes de abejas. Todo vino de la mano de capacitaciones y en interacción con organismos tecnológicos. También asesorando a los apicultores a quienes les vendíamos nuestro material", cuenta Roth. La Cabaña trabaja en la selección de reinas con dos líneas: reinas Bukfast que es un híbrido y la raza Carniola. "Controlamos las madres, pero las reinas se fecundan en vuelo y es muy difícil el control genético de los padres: los zánganos. Por eso, el próximo paso es incorporar la inseminación artificial, con la finalidad de optimizar la selección genética, que hace años hacemos a campo". Los niveles de producción actuales del emprendimiento llegan a 2.000 reinas fecundadas, 1.000 paquetes de abejas y cerca de 7.000 celdas reales. |